Emma Suárez: "Vivimos en un agujero, enganchados al trabajo"

  • La actriz interpreta a una veterinaria rural en '¿Para qué sirve un oso?'.
  • La película que dirige Tom Fernández se estrena este viernes.
  • "Estamos muy necesitados de películas bonitas, y ésta lo es. Estoy hasta las narices de tiros, violencia, efectos especiales...".
Nació en Madrid en 1964. Debutó ante las cámaras con 14 años. Ha optado cuatro veces al Goya, que ganó por 'El perro del hortelano'.
Nació en Madrid en 1964. Debutó ante las cámaras con 14 años. Ha optado cuatro veces al Goya, que ganó por 'El perro del hortelano'.
JORGE PARÍS
Nació en Madrid en 1964. Debutó ante las cámaras con 14 años. Ha optado cuatro veces al Goya, que ganó por 'El perro del hortelano'.

Emma Suárez cada día está más atractiva, y parece que también más contenta: haber rozado el Goya, seguir en el teatro con La avería y estrenar ahora en los cines ¿Para qué sirve un oso? la tienen entusiasmada. Una charla relajada con una de nuestras grandes actrices.

Estrenó hace unos meses La mosquitera, una magnífica película que duró apenas días en las salas. ¿Qué le pasa al cine?

Que la distribución, la exhibición, son un desastre... Es un poco frustrante, porque uno hace un trabajo porque cree en él, pero las películas se hacen para que la gente las vea. Esta era diferente, arriesgada, especial... Yo qué sé: aquí la gente tiene una mentalidad demasiado clásica.

Y después, el oso...

La rodé el año siguiente, y no tiene nada que ver. Estoy encantada de haber participado en una comedia, porque tanto drama, tanto personaje atormentado, está muy bien, son desafíos que te hacen entrar en lugares oscuros del alma, pero también quieres hacer otras cosas. Cuando me enviaron este guión pensé: "Qué película más bonita". Además, me daba la oportunidad de trabajar con Gonzalo de Castro y Javier Cámara, que son unos genios, como Jack Lemmon y Walter Matthau. Me daba miedo no estar a la altura, no sentía dominar la mecánica de la comedia, pero decidí tirarme a la piscina y punto.

En Asturias, encima, llenándose de aire puro.

De eso habla la película, de nuestra relación con el planeta, de no enguarrar el mundo... Es algo que debería ser instintivo, proteger el entorno... Cuando vas al monte, por Asturias, ves que la mirada de la gente es limpia, calmada. Sólo tomarte un café con ellos viendo las montañas te reconforta contigo misma.

Pero aquí estamos, en la ciudad...

Sí, y cuando viajas no te apetece volver. Pero estamos aquí metidos, en el agujero, enganchados al trabajo y la velocidad. ¿Qué podemos hacer?... No sé, tenerlo en cuenta, salir de vez en cuando, porque aquí estamos todos un poco envenenados.

El mundo: ¿Pesimista u optimista?

Tengo momentos pesimistas, de pensar que nos lo estamos cargando todo... Pero el tiempo que pasemos aquí debemos ser responsables de lo que hacemos, tanto con los otros seres humanos como con el planeta. Debemos cuidar la Tierra, porque es nuestra casa, y en ella no tiras la basura en el comedor. La película no te coacciona, pero sí te lo recuerda: haciéndote sentir bien, haciéndote sonreir porque te hace estar contento de estar en este mundo, que falta nos hace.

¿Por qué?

Estamos muy necesitados de películas bonitas, y ésta lo es. Estoy hasta las narices de tiros, violencia, efectos especiales... ¿Para qué sirve un oso? es para la familia, para que vaya junta al cine.

En un mundo como este y metiéndose en tantos personajes oscuros, ¿cómo logra sobrevivir?

Te lo confieso: vivo, un poco, en una burbuja. No tengo televisión en casa, y ese tiempo lo dedico a cocinar, escuchar música, leer o regar las plantas. Cosas que me acercan, más, a mí misma, y que me protegen. La televisión te ofrece depresión, pesimismo, y hay que cuidarse. Vivo en la realidad, desde luego, pero también un poco en mi mundo.

¿Por qué la televisión es tan mala?

No sé, pero creo que la gente ya está hastiada. El espectador no es tonto, pero ha tenido que comerse lo que le daban. Los responsables de educar a la gente son los medios de comunicación, los que manejan el poder y la cultura, pero no lo están haciendo.

Usted estrena esta película, y sigue en el teatro con La avería...

Sí, en Madrid hasta el 25 de abril. Después iremos a Barcelona, y luego por España hasta junio, un paroncito y otra vez arrancamos en septiembre. La recomiendo: estoy muy feliz con el trabajo, con Blanca Portillo, con la compañía... Es una obra necesaria, un texto magnífico.

¿Cómo se siente, después de tantos meses metida en el mismo personaje a diario?

Siento que trabajo cada día, incluso el día de descanso me pongo a revisar notas... En el teatro puedes trabajar sin parar, puedes no conformarte, porque los personajes son seres humanos en los que siempre puedes descubrir cosas. El teatro, para un actor, es justo y necesario, porque tienes que darlo todo, te entregas con un respeto y una generosidad absoluta a los que han venido a verte. Es un desafío increíble, que te obliga a no despistarte ni un segundo.

La escucho entusiasmada: ¿Disfruta más ahora que con 20 años?

Sé que tengo muchísimas ganas. Sí, seguramente más que hace 10 ó 15 años.

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