El aceite, un mal contacto, el anticongelante, el motor, los frenos o el tubo de escape, entre otros, son algunos de los elementos del vehículo que pueden desprender el olor a quemado cuando recorremos las carreteras de España.
El RACE avisa de que el calor puede afectar al rendimiento de nuestro vehículo provocando diferentes efectos mecánicos, como el aumento del consumo o la pérdida de potencia.
En el séptimo encuentro del Mow Forum, celebrado la pasada semana en Sevilla, Jorge F. Delgado cuestionó las políticas enfocadas al vehículo eléctrico.