Seitán, más oscuro y firme, y tofu, más blanco y blando.
Uno es soso; el otro sabroso. Uno es muy bueno desde el punto de vista nutricional; el otro no tanto. Uno tiene su origen en la soja; el otro no. Uno complace más al cocinero y el otro más a nuestro organismo. Seitán y tofu son alimentos muy distintos y su elección depende mucho de lo que le guste al consumidor.