La selección española de baloncesto concluyó este domingo su participación en el Mundial de Turquía en el sexto puesto, lejos de revalidar el título mundialista logrado hace cuatro años en Saitama que sirvió para pasar página a las décadas grises de sus inicios mundialistas.

España, hasta la cita japonesa, no había gozado de mucha suerte en sus participaciones mundialistas. Saitama supuso el punto de partida para una generación que ha ido a más en estos años, permitiendo a la 'roja' ser no sólo campeona del Mundo, sino campeona de Europa y subcampeona olímpica.

Los pupilos de Sergio Scariolo llegaban a la cita otomana con el cartel de favoritos, tras el buen juego desplegado en las últimas competiciones internacionales donde han demostrado su calidad y la unión de un grupo, que mantiene el hambre de triunfos. Sin embargo, dos derrotas previas frente a Francia y Lituania anticiparon la eliminación, que llegó en cuartos con el triple perfecto del serbio Teodosic.

De esta forma, el actual subcampeón olímpico puso fin a un ciclo de cuatro años llenos de éxitos, lastrado por sus fallos de concentración, por un increíble triple y la discreta actuación de algunas de sus estrellas, incapaces de equilibrar la ausencia de Pau Gasol, y la de, casi tan decisiva como la del ala-pívot de Sant Boi, José Manuel Calderón.

Así, la experiencia mundialista de España arranca en la primera edición, celebrada en una Argentina que en 1950 festejaba el centenario del general San Martín, uno de los líderes del independentismo americano, y donde alcanzó un decepcionante noveno puesto.

Del 1954 a 1970, España se ausentó del Mundial al no poder conseguir su clasificación, mientras Estados Unidos, Brasil, en dos ocasiones, la extinta URSS y Yugoslavia se adjudicaban los títulos, respectivamente, de dichas ediciones.

El recuerdo del cuarto puesto de Colombia'82

En Puerto Rico'74, ya con Antonio Díaz Miguel como seleccionador nacional, que accedió al cargo el 5 de noviembre de 1965 (y permaneció hasta el 6 de agosto de 1992: 26 años, 9 meses y un día y 431 partidos dirigidos) y que figura en el Salón de la Fama estadounidense, así como en el de FIBA, el combinado nacional consiguió la, por aquel entonces, mejor clasificación de la historia, con una meritoria quinta plaza.

Sin embargo, en Colombia'82, la 'roja' dio ese salto de calidad que necesitaba para mejorar esa quinta plaza, liderada por un Juan Antonio San Epifanio, 'Epi', que se 'coló' en el quinteto ideal del Mundial y donde España logró un histórico cuarto puesto tras perder en la lucha por el bronce ante Yugoslavia por un apretado 119-117, en lo que había sido hasta ese momento en la mejor actuación de su historia.

La quinta plaza que se ha repetido en otros tres Mundiales, el de España'86, considerada un fracaso para las expectativas que había alimentado la histórica plata en los Juegos de Los Angeles'84, el de Grecia'98, en el que Yugoslavia y Grecia relegaron a Estados Unidos al tercer escalón del podio y en el de Indianápolis donde los pupilos de Javier Imbroda ganaron a los anfitriones.

Todo cambió en el 2006, que fue mágico para el combinado nacional. España, con la mejor hornada de jugadores de la historia y liderada por un gran Pau Gasol, inició un camino exitoso, desplegando un brillante juego que encandiló a los aficionados y que les permitió a base de casta, garra y algo de suerte, sobre todo en una dura semifinal ante Argentina, meterse por primera vez en una final mundialista.

La 'roja' nunca había estado en la lucha por el oro, una final que les medía a Grecia y que dejaba a España huérfana de su mejor jugador, después de que Pau Gasol se lesionara ante la albiceleste y no pudiera estar sobre el parquet en la lucha por el oro. Conjurados por seguir haciendo historia, los de 'Pepu' Hernández no echaron en falta a su mejor jugador en una descafeinada final donde España se mostró muy superior al combinado heleno y que la coronó como la reina del mundo.