Ay la pereza, enemiga siempre de la fe cristiana. La asignatura de religión se ha quedado vacía este curso en 1º de Bachiller en Vizcaya. El Gobierno vasco ha dictado un decreto por el cual la materia pasa a ser una asignatura extraescolar en ese nivel, tanto en los centros públicos como en los privados.

O sea, que los alumnos matriculados en ella la dan fuera del horario escolar, mientras el resto de sus compañeros se marchan a casa.

Al ver esto, prácticamente nadie se ha apuntado a religión. «Es terrible. Clases donde el curso pasado había 40 alumnos, ahora hay tres... o ninguno», lamenta Goio Ponce, responsable del área de educación del Obispado de Bilbao.

La Diócesis aún está evaluando los daños. Ha mandado a todos los profesores de religión de Vizcaya que enumeren cuántos estudiantes tienen este año en 1º de Bachiller. Pero algunos docentes ya han llamado alarmados a Goio Ponce para darle cuenta de la espantada. El curso pasado, el 75,8% de los 14.459 estudiantes vascos de 1º de Bachiller escogieron esta asignatura en lugar de la opcional: ética.

El decreto del Gobierno vasco elimina la materia de ética en 1º de Bachiller, y dicta que los centros deben ofrecer una hora semanal de religión en horario extraescolar a todos los alumnos.

A partir de ahí, permite a los directores colocar la clase donde más les convenga. Si la ponen a primera hora del día, los estudiantes que no están matriculados entrarán a clase una hora más tarde. Si la clase es a última hora, los alumnos que no la cursan saldrán antes. Y si religión cae a mitad del horario, el centro debe ocupar en alguna actividad al resto de estudiantes.

El Obispado, claro, pide al Gobierno vasco que modifique el decreto para que la asignatura de religión vuelva a entrar en horario escolar.

Euskadi es la única comunidad que organiza así la religión en 1º de Bachiller, según el Obispado. En el horizonte hay nubarrones para sus profesores. De momento conservan sus puestos aunque no tengan alumnos.

Jose Serna Profesor de religión en el Instituto Zurbaran de Bilbao

"Los fundamentalistas son quienes menos estudian la Biblia. Yo enseño a mis alumnos a entender qué nos quiere decir, no a seguirla al pie de la letra", explica Jose Serna. "También muestro textos de la Iglesia, muy críticos con el Capitalismo. Casi no se conoce eso".

"La clase de religión no es como la de antes. Aprendemos las corrientes filosóficas y las grandes religiones de la humanidad. Y nos acercamos a valores como la justicia, tema fundamental en Jesucristo".

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