La Dirección General de Personas Mayores del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) se ha dirigido a todos los usuarios de los centros de mayores recomendándoles moderación en la alimentación durante estas fiestas y que no descuiden su salud.

En este sentido, desde la Dirección General se aconseja que "no descuiden sus dietas y no olviden sus tratamientos médicos" para evitar poner en peligro la salud durante estas fiestas navideñas.

Una gran parte de las personas mayores de 65 años tienen alguna enfermedad cuya prescripción médica tiene relación con la alimentación, por eso se recomienda aumentar el autocontrol durante este período, ya que la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, el estreñimiento crónico o las digestiones lentas, son algunos de los efectos de un exceso de alimentación en los mayores.

Asimismo, la excesiva ingesta de alcohol en aquellos mayores con prescripción médica pone en peligro su salud, debido a que incrementa la posibilidad de que interaccione con alguno de los medicamentos, sobre todo con los psicofármacos que pueden estar tomando, elevando el peligro de caídas.

También se puede producir una hipotermia si se llega a una intoxicación etílica e incluso una hipoglucemia si la persona es diabética, interfiriendo la producción de glucosa en el hígado.

La excesiva ingesta de alimentos salados o comidas condimentadas con abundante sal posibilita una alteración de la tensión arterial. Los mayores también deben llevar un autocontrol en la ingesta de productos azucarados y dulces navideños, ya que una de cada tres personas mayores es diabética, por lo que es muy importante evitar dietas que pongan al paciente en riesgo de malnutrición y de hipoglucemias.

Aquellos mayores con hiperuricemia, es decir, con ácido úrico, deben controlar las comidas especiales y copiosas acompañadas con alcohol pues son un cóctel explosivo para elevar el ácido úrico y sufrir una crisis de gota o un cólico.

Lo fundamental, según advierten desde el IMAS, es evitar comidas pesadas o con mucha grasa que dificulten y ralenticen la digestión para evitar alteraciones gástricas con dispepsia, reflujo esofágico o vómitos.