Coches aparcados por aceras, parques y tráfico caótico. Estas podrían ser algunas de las molestias que padecerán los vecinos del entorno del nuevo Mestalla, quienes serán los principales damnificados del tijeretazo que el Valencia Club de Fútbol aplicará al coste del futuro estadio.

El arquitecto autor del coliseo, Mark Fenwick, presentó ayer el nuevo proyecto encargado por el presidente de la entidad, Amadeo Salvo, que supondrá una rebaja de 60 millones de euros con respecto al modelo original. Así, faltarán 100 millones para terminarlo.

En este sentido, la eliminación del aparcamiento de 3.500 plazas previsto inicialmente será uno de los principales focos de ahorro. Según explicó Fenwick, se ejecutará un parking de solo 225 sitios para directivos, autoridades y jugadores y se deja abierta la posibilidad de ampliarlo a 2.000 plazas en una segunda fase.

Sin embargo, hasta que se ejecute, si es que se llega a realizar, los coches tomarán cualquier espacio público para aparcar los días de partido, tal y como sucede actualmente en los aledaños del viejo Mestalla.

Al respecto, desde el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia prefirieron no pronunciarse hasta conocer los detalles. Y es que la supresión del aparcamiento será un problema añadido para el tráfico, ya de por sí colapsado, tras descartar en su día la Generalitat y el Consistorio la prolongación del túnel de la avenida Pío XII por su elevado coste.

Otras medidas importantes de ahorro que incluye el nuevo proyecto son la reducción del aforo de 75.000 a 61.500 espectadores y de la cubierta, que en lugar de proteger la totalidad de la grada, cubrirá el 75%. Tampoco se ejecutará en un primer momento la superficie comercial prevista junto al estadio ni la pista de atletismo, que podría añadirse a posteriori.

Pese a estas medidas, según Fenwick, el estadio mantendrá la máxima puntuación de la UEFA, lo que le permitirá albergar eventos de primer nivel como una final de la Champions.

El Valencia paralizó las obras del nuevo estadio en 2009, tras una inversión de 100 millones de euros. Desde el club no pudieron dar plazos para reiniciarlas, ya que siguen buscando un fondo de inversión que pueda financiar el campo a cambio de quedarse varios años con la explotación.  Este es el segundo resideño que se hace para retomar las obras, tras el fallido intento de Llorente.