La cera resina (descubierta en el siglo XVIII) fue uno de los materiales más utilizados en la restauración de obras de arte durante el siglo XX. Compuesto de cera mixta en resina, funcionaba como un adhesivo que reforzaba el lienzo para protegerlo. Se aplicaba sobre el reverso del cuadro, impregnada en una tela que se adhería al original con calor.

Una investigación presentada en Dinamarca demuestra ahora que lo que parecía garantizar que los trabajos no sufriera daños en los traslados a otros museos podría significar ahora la sentencia de muerte de multitud de obras de arte de maestros como Van Gogh y Rembrandt.

En la presentación de su tesis doctoral, la danesa Cecil Krarup Andersen —restauradora  del Statens Museum (la Galería Nacional de Dinamarca)— ha presentado en la Real Academia de Bellas Artes y Conservación de Dinamarca (CATS) un alarmante estudio sobre las "propiedades mecánicas y la respuesta estructural" a las "oscilaciones en la humedad" en los lienzos. Para la investigación, la especialista ha comparado lienzos tratados con cera resina y lienzos sin tratar con el fin de observar su sensibilidad cuando se exponen a la humedad.

El resultado anuncia consecuencias dramáticas para las obras de arte restauradas con este material: Andersen ha comprobado que cuando la humedad del ambiente supera el 65%, el lienzo encoge y las capas de color se resquebrajan. Los resultados científicos han sido demandados ya por centros de todo el mundo y han sembrado el desconcierto en el mundo del arte.

La restauradora declara que, aunque la cera resina comenzó a usarse en menor medida en los años setenta "cuando se descubrió que el método oscurecía los colores de las pinturas", recalca que la extrema sensibilidad a las condiciones climáticas "es un nuevo factor, espeluznante para nosotros".

Con más preguntas que respuestas, el estudio podría obligar a los museos a partir de ahora a llevar un estricto control de las instalaciones en las que se vaya a exponer el cuadro. Las pinacotecas occidentales suelen mantener un 50% de humedad en sus salas, pero el mal funcionamiento de los termostatos, una inundación o el préstamo a centros que no tomen las precauciones podría significar la destrucción de la pintura. Los trabajos tratados con la cera resina,  expuestos en castillos o iglesias o pertenecientes a colecciones privadas también podrían terminar por desaparecer, ya que son instalaciones que no garantizan un control de humedad adecuado.

Para el estudio, Andersen ha centrado su análisis en la colección de obras que la Galería Nacional de Dinamarca posee de la Edad de Oro Danesa, el esplendoroso periodo artístico que tuvo lugar el país en la primera mitad del siglo XIX.  Se tiene la seguridad de que grandes obras de Rembrandt y Van Gogh también tienen la espada de Damocles sobre ellas y el problema podría extenderse a muchas obras maestras que durante las últimas décadas han viajado a pinacotecas de todo el mundo: cuanto más famosa era la pintura, más necesario era el refuerzo de su estructura y, por tanto, más probable es que se le haya aplicado el tratamiento.