El supervisor bancario único vigilará sólo a los mayores bancos de la Unión Europea

  • Alemania consigue imponer su modelo de supervisión sobre el de España o Francia.
  • Se supervisaría sólo a los que poseen activos por encima de  30.000 millones, unas 200 entidades de las 6.000 existentes.
  • Merkel quiere que los bancos regionales estén bajo supervisión nacional.
  • Berlín ha repetido en varias ocasiones que la recapitalización directa en ningún caso estará operativa a tiempo para beneficiar a España.
  • La UE prevé que la supervisión empiece a funcionar en marzo de 2014.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos (izda), conversa con su homólogo portugués Vitor Gaspar, al comienzo de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) que se celebra en Bruselas, Bélgica, el 12 de diciembre del 2012.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos (izda), conversa con su homólogo portugués Vitor Gaspar, al comienzo de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) que se celebra en Bruselas, Bélgica, el 12 de diciembre del 2012.
EFE/Olivier Hoslet
El ministro español de Economía, Luis de Guindos (izda), conversa con su homólogo portugués Vitor Gaspar, al comienzo de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) que se celebra en Bruselas, Bélgica, el 12 de diciembre del 2012.

Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea  (UE) alcanzaron este jueves in extremis, horas antes de la cumbre de líderes que prevé aprobar una hoja de ruta cuyo primer pilar es la unión bancaria, un acuerdo sobre el marco legal que permitirá a Europa crear un supervisor bancario único.

"¡Acuerdo histórico sobre el supervisor!", tuiteó el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, tras 14 horas de reuniones. La creación de un supervisor bancario único es la condición previa para la recapitalización directa de la banca a cargo del fondo de rescate y el primer paso para crear una unión bancaria.

El comisario felicitó a la presidencia chipriota de turno, a todos los ministros, a los servicios del Consejo por el espíritu constructivo que han demostrado en la negociación tan larga y dura, y por haber "demostrado que Europa es capaz de actuar".

Por el momento, se sabe que el acuerdo estaba siendo perfilado en torno al tamaño de los bancos que se supervisarán: los más grandes, con activos por encima de los 30.000 millones de euros y dejando los bancos regionales en manos de los supervisores nacionales. Esta opción es conveniente para Alemania, que salvaguarda así los bancos de sus "lander" (regiones) del supervisor común.

El comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, ha cifrado en alrededor de 200 los bancos que serán supervisados por el BCE del total de 6.000 que hay en la eurozona.

Alemania y Holanda han logrado además retrasar a marzo de 2014 la entrada plena en funcionamiento del supervisor único, y por tanto de la recapitalización directa. No obstante, Barnier ha asegurado que el MEDE podría decidir inyectar fondos de forma directa en un banco en crisis antes de esa fecha, en cuyo caso pediría al BCE que asumiera la supervisión de la entidad en cuestión.

Para separar la política monetaria de las nuevas tareas de supervisión, se creará un nuevo consejo de supervisión en el BCE en el que se garantiza además la igualdad de trato a los países de fuera del euro. No obstante, la última palabra la seguirá teniendo el consejo de gobierno de la autoridad monetaria, donde sólo están representados los países euro, porque así lo marca el Tratado.

Berlín ya ha repetido en varias ocasiones que la recapitalización directa en ningún caso estará operativa a tiempo para beneficiar a España.

Qué bancos se supervisarán

El consenso giraba en torno al tamaño de los bancos que podrá supervisar directamente el Banco Central Europeo (BCE), que se medirá por unos activos que superan los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del Estado miembro participante.

Además, Fráncfort se encargaría de supervisar a las entidades que tengan filiales en al menos dos otros países participantes -una propuesta que el BCE no ve necesaria- y siempre controlaría un mínimo de dos entidades en cada Estado miembro.

Mientras, los supervisores nacionales se dedicarían a los bancos "menos significativos", que se definirán por su tamaño, la importancia que suponen para la economía de la UE o cualquier Estado miembro y la significancia de sus actividades transfronterizas. No obstante, el BCE podría en cualquier momento ejercer directamente la supervisión.

Reparto de poder en la EBA

Por lo que se refiere al reparto de poder en el seno de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que seguirá siendo la responsable de elaborar los estándares técnicos para todos los bancos de la UE, Reino Unido ha logrado su propósito de lograr derechos especiales para no quedar siempre en minoría frente a los países del euro.

En este sentido, se instaura un nuevo sistema de votación que obligará a que las decisiones se tomen por una doble mayoría de países que están en el mecanismo de supervisión único y de los que no participan. Eso da más peso al voto de Londres.

El Ejecutivo comunitario espera que todos los países de fuera del euro se sumen al mecanismo de supervisión única, excepto Reino Unido, Suecia y República Checa.

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