Condenado a 6 años de cárcel por intentar matar a un conocido a puñaladas

La Audiencia Provincial de Granada ha condenado a un hombre, Gabriel J.M., de 41 años, a seis años de prisión por apuñalar el pasado mes de febrero en Granada a un conocido de sus estancias anteriores en prisión, por la comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa.

La Audiencia Provincial de Granada ha condenado a un hombre, Gabriel J.M., de 41 años, a seis años de prisión por apuñalar el pasado mes de febrero en Granada a un conocido de sus estancias anteriores en prisión, por la comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa.

Además, el fallo de la Sección Primera le impone que indemnice a su víctima en la cantidad de 7.734,46 euros, y el pago de la mitad de las costas, si bien el procesado, camarero de profesión, se ha declarado ya insolvente.

Según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a la madrugada del 5 de febrero de este año, cuando Pedro A.G.R. se encontró con Antonio P.R. en un bar de la localidad de Játar, desde donde se trasladaron a Granada a comprar droga, a petición del segundo, ya que acababa de cobrar su salario. Lo hicieron a bordo del vehículo de Pedro, de 45 años.

Una vez en la capital granadina, y después de comprar determinada cantidad de sustancia estupefaciente, se dispusieron a consumirla cerca del lugar donde la habían adquirido, concretamente en la Avenida de Pulianas, saliendo del vehículo.

Fue en esos momentos cuando el procesado, que pasaba por allí y que conocía a Pedro, se acercó a ellos, y les pidió dinero, pero uno de ellos respondió que sólo tenían 10 euros para gasolina. Por ello, el acusado comenzó a registrar a Antonio, aunque Pedro le recriminó lo que estaba haciendo, ya que le conocía a él y a su padre.

Fue entonces cuando el procesado, blandiendo un cuchillo, le asestó una puñalada que le causó una herida en el hemitórax y el abdomen, que le provocó perforaciones gástricas y un neumotórax que le pudo haber causado la muerte de no haber recibido pronta asistencia médica.

Pedro huyó durante unos 50 ó 60 metros seguido por Gabriel, quien sólo se dio la vuelta cuando su víctima le insistió en que lo conocía. Acto seguido el inculpado se encaminó al coche, rompió un cristal y lo registró. Pedro comenzó a gritar llamando a la Policía, y entonces su agresor huyó, si bien después fue arrestado y permanece en prisión provisional desde el 7 de febrero de este año.

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