Presentan este martes un libro sobre los "sucesos" en Almonte tras retirar un azulejo de la Virgen

'Contra la República. Los "sucesos" de Almonte de 1932' es la nueva publicación que el reconocido historiador extremeño Francisco Espinosa (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1954) presenta este martes en esta localidad el próximo 11 de diciembre a partir de las 19,30 horas en la Casa de Cultura.

'Contra la República. Los "sucesos" de Almonte de 1932' es la nueva publicación que el reconocido historiador extremeño Francisco Espinosa (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1954) presenta este martes en esta localidad el próximo 11 de diciembre a partir de las 19,30 horas en la Casa de Cultura.

Autor de obras como 'La Guerra Civil en Huelva', 'La justicia de Queipo' o 'La columna de la muerte', que han convertido a Espinosa en un investigador referente dentro del panorama actual sobre lo que significó la represión franquista, ha compilado en un nuevo trabajo los sucesos que se desencadenaron en Almonte en 1932 cuando la Corporación municipal republicana decidió retirar los azulejos de la imagen de la Virgen del Rocío y del Sagrado Corazón de Jesús del salón capitular conforme lo que el Gobierno de la Nación había decretado al constituirse España como un Estado laico.

Ello provocó un "auténtico escándalo" en el pueblo hasta el punto de que los habitantes de la localidad se amotinaron y manifestaron contra los miembros del Consistorio almonteño su rechazo a tal medida, requisándole los cuadros de la Virgen que éstos albergaban en sus casas y colocándolos en las rejas de las puertas del Ayuntamiento.

El alcalde de entonces, Francisco Villarán, tuvo que abandonar la población y la misma Corporación local quedó sin representación legítima teniendo el Gobernador Civil de Huelva que adoptar las medidas oportunas para restablecer la normalidad. Los vecinos decidieron trasladar desde El Rocío hasta Almonte a su patrona como acto de desagravio e incluso se organizaron peregrinaciones desde diversos puntos de la geografía andaluza para apoyar la causa almonteña.

Sin embargo, Espinosa en un "minucioso" estudio sobre este acontecimiento nos relata a través de esta interesante obra el verdadero trasfondo de la cuestión. Según el investigador extremeño, la retirada de los azulejos fue la excusa perfecta por parte de la derecha reaccionaria para combatir los planes del Gobierno de la República sobre la plasmación de la reforma agraria, que suponía poner en manos del vecindario la explotación de tierras que en etapas precedentes habían pasado a manos privadas, en algunos casos bajo dudosa legalidad.

Para el escritor pacense, "Almonte no sólo era el pueblo de la Romería del Rocío, sino uno de los mayores términos municipales del país que incluía ese paraje único conocido como el Coto de Doñana. La República animó a los municipios desde su implantación a que revisasen el catastro y estableciesen qué terrenos pertenecientes al pueblo habían pasado a manos privadas".

Espinosa enlaza este episodio con la posterior llegada de la represión franquista, ya que según explica "a mediados de junio de 1936 el Gobierno de la República declaró al Coto de Doñana bien de utilidad social, pero la alegría en el pueblo duró poco, ya que unas semanas después un brutal golpe militar ponía fin a la República y algunos de los ediles que aprobaron en sesión plenaria la retirada de los cuadros fueron fusilados dentro del proceso depurador que llevaron a cabo las fuerzas fascistas". Al mismo tiempo, se puso en marcha la contrarreforma agraria, mediante la que Doñana "pasó a ser de nuevo lo que había sido antes del 14 de abril de 1931, un lugar de recreo para las clases ociosas".

Para el presidente de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, el almonteño Rafael López, "el hecho de que se dedique un libro a los sucesos del 32 en Almonte pone en evidencia la importancia que éstos tuvieron para el desenlace posterior del golpe de Estado y los efectos que desencadenó en el municipio donde más de 100 personas fueron fusiladas en aplicación del Bando de Guerra, permaneciendo aún la mayoría en fosas comunes sin identificar ni dignificar".

En sintonía con lo analizado por Espinosa sobre el tema objeto de estudio, el máximo responsable de la asociación memorialista refleja que "con este libro se esclarece la verdad de lo ocurrido, la manipulación realizada con las imágenes y cómo se encoleriza a un pueblo, utilizando sus sentimientos más profundos para conseguir beneficios a cambio de la utilización de ese desprecio por los representantes legítimos de la época, que lo que hacían era poner en práctica un decreto del gobierno legítimo de la República".

La nueva publicación de Espinosa supone "un paso más" en la indagación histórica de estos hechos que prácticamente han sido abordados bajo un solo prisma, pero que en esta ocasión son expuestos a raíz de un detallado proceso de análisis científico histórico como seña de identidad del quehacer que caracteriza al escritor extremeño.

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