El Juzgado decidirá "en breve" si abre un nuevo periodo de ofertas para Candemat o sigue el orden de la puja anterior

Da Silva, que está "desaparecido", no puede comprar la factoría de Maliaño
Candemat
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CANDEMAT
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El Juzgado de lo Mercantil de Santander decidirá "en breve" si abrir un plazo para la presentación de nuevas ofertas para la compra de la empresa matricera Candemat o si ésta se adjudica al segundo mejor valorado de la puja que ganó el empresario portugués Mario Da Silva, que está ilocalizable.

Según ha informado a Europa Press el responsable de Construcción y Metal de UGT, Carlos Meneses, la empresa alemana GIW, a cuyo frente estaba Da Silva, ahora "desaparecido", ha entrado en concurso de acreedores y por lo tanto no puede comprar la fábrica de componentes del automóvil de Maliaño, que entró en suspensión de pagos en 2007.

Ahora se abren dos posiblidades: adjudicar la factoría cántabra a la segunda mejor oferta que se planteó en la puja que ganó GIW, o la apertura de un nuevo periodo para la presentación de ofertas.

Será la titular del Juzgado de lo Mercantil quien adopte la decisión "en breve, ya", mientras que la administración concursal se inclina por la segunda opción, la de que se puedan presentar nuevos intersados, según el responsable de UGT.

En este sentido, Meneses ha indicado que en la primera puja había "más ofertas" que la alemana —como la catalana Dover— pero eran "distintas" y alguna incluía la "pérdida de empleo".

La empresa Cántabra de Matricería S.A. (Candemat), que se encuentra en situación de concurso voluntario desde el 27 de junio de 2007 y cuenta actualmente con unos 120 trabajadores, solicitó la liquidación al resultarle imposible cumplir con las obligaciones contraídas en el convenio que la titular del Juzgado de lo Mercantil aprobó mediante sentencia el 14 de julio de 2009.

Según dicho convenio, presentado por la empresa y respaldado en Junta de Acreedores por el 67,87% del total del pasivo ordinario, es decir, de las deudas ordinarias que tenía la sociedad, Candemat se comprometía a pagar el 50% de sus créditos en un plazo de cinco años.

Candemat solicitó la declaración de concurso el 27 de junio de 2007, alegando que se encontraba en situación de insolvencia inminente. Tras analizar la documentación aportada, la magistrada de lo Mercantil dictó un auto aceptando el concurso y nombrando a los administradores concursales.

Posteriormente, la administración concursal trabajó en determinar el patrimonio de la empresa y su valoración económica, así como en concretar quiénes eran sus acreedores y cuál era el crédito de cada uno de ellos.

Esta fase concluyó con la presentación del informe definitivo en el que se incluye la lista definitiva de acreedores y una relación actualizada de los créditos pendientes de pago.

A continuación, la propia empresa presentó ante el Juzgado una propuesta de convenio, que fue examinado y aceptado por su titular, luego respaldado por parte de los acreedores y aprobado definitivamente por resolución judicial en julio de 2009. Sin embargo, ante la imposibilidad de cumplir con los pagos comprometidos, Candemat solicitó la liquidación.

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