Llevan 4 meses sin trabajo y una pequeña firma de construcción ha decidido ajustarse al dinero del cliente.  Se llama Guillermo Magallanes, tiene 28 años y trabajaba en la empresa familiar de reformas Argegran, que montó su padre Miguel Antonio hace cinco años.

La crisis ha obligado a Guillermo a ofrecer prácticamente gratis sus servicios. Reformas y todo tipo de obras a cambio «de lo que nos pueda pagar el cliente». Lo explica así: «Las empresas ahora tampoco pueden gastar como antes y a lo mejor disponen de menos cantidades de dinero, pero preferimos eso, a no hacer nada».

Como a muchas pequeñas empresas, los impagos de algunos de sus clientes les han hundido de lleno. La empresa del padre de Guillermo se estancó en septiembre de 2008 a causa de unas facturas, presuntamente impagadas por el Ayuntamiento de Salobreña.

Actualmente el tema está en el juzgado, pero entre tanto, los Magallanes necesitan pagar sus facturas. «Ese dinero sin cobrar nos ha ahogado del todo», confiesa Magallanes.

La idea no es original. Guillermo la copió de algunos restaurantes que «te ofrecen la comida gratis o a cambio de lo que puedas pagar», y decidió llevarla al maltrecho negociado de la construcción. Al parecer, su fórmula da resultado. «Ofrecerse gratis, funciona», asegura el obrero, de origen argentino.

«En la semana que llevan pegados los carteles en la calle -unos avisos en los que se puede leer Te regalamos la reforma- ya me han llamado cuatro clientes», afirma.

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