Muere Tony Leblanc, gigante de la comedia española

El actor, director y guionista madrileño falleció hoy a los 90 años en su ciudad natal. Por CINEMANÍA
Muere Tony Leblanc, gigante de la comedia española
Muere Tony Leblanc, gigante de la comedia española
Muere Tony Leblanc, gigante de la comedia española

El año en el cual ocurrió el hecho es desconocido, pero sí podemos afirmar que este tuvo lugar en un plató de Televisión Española. Invitado al programa Martes de fiesta, el comediante, actor y director Tony Leblanc subió al escenario con un plato, un cuchillo y una manzana en las manos. Sin dejar de mirar a cámara, y sin pronunciar una sola palabra, el intérprete (nacido en Madrid en 1922, y bautizado como Ignacio Fernández Sánchez) procedió a pelar y comerse la fruta durante nueve largos y tensos minutos que desconcertaron tanto al público como al presentador José María Íñigo. Este desafío a los clichés del humorismo no fue la única proeza llevada a cabo por Leblanc a lo largo de su carrera, pero viene muy bien para rendir tributo a este gigante de la comedia española, fallecido hoy en su casa madrileña a los 90 años de edad.

Para quienes conocimos a Leblanc en 1998, cuando Santiago Segura le fichó como padre de Torrente: El brazo tonto de la ley, fue toda una sorpresa descubrir que en la carrera de este hombre había muchísimo más que esas bicicletas de alambre por las cuales ganó el Goya al Mejor Actor Secundario ese mismo año. De hecho, su nacimiento puede contarse como una premonición: hijo de un conserje del Museo del Prado, Leblanc vino al mundo en la sala donde se alojan los cartones (diseños para tapices) del pintor aragonés. Un hecho que no se privaba de recordar las dos veces que subió al estrado, la primera para recoger un Goya de Honor en 1994.

Tras iniciarse en el teatro de revista a los ocho años, como bailarín en la compañía de Celia Gámez, y de trabajar en el museo que le vio nacer, Leblanc fue aprendiz de joyero, futbolista y boxeador antes de regresar a las tablas para quedarse. Y, por supuesto, también al cine: tras los primeros papeles de secundario en españoladas (Eugenia de Montijo, Currito de la Cruz) y conforme se iba acumulando su popularidad como intérprete teatral, llegaron filmes como Historias de la radio, Manolo, guardia urbano y, sobre todo, El tigre de Chamberí y Las chicas de la Cruz Roja, junto a una jovencísima Concha Velasco. Para muchos, su consagración en la pantalla llegaría en la tremenda Los tramposos, película en la que Leblanc, Francisco Bernal y Antonio Ozores consumaban un antológico timo de la estampita frente a la Estación de Atocha.

Mientras ejercía como empresario, compositor (con 500 canciones registradas a su nombre), comediante de televisión y de teatro y muchas otras cosas más, Leblanc tuvo tiempo para protagonizar otros filmes de mérito como Los que tocan el piano, El astronauta, El hombre que se quiso matar y Una vez al año, ser hippy no hace daño. Así como para dirigir tres películas que, todo sea dicho, no se ganaron el aprecio de la crítica. La llegada del 'destape', una corriente con poco lugar para su humor de gestos y sorpresas, le llevó a decir adiós al cine en 1975, y un accidente de tráfico sufrido en 1983 supuso el fin casi total de su carrera, resucitada por el encuentro con Santiago Segura. La popularidad resultante granjeó para Leblanc el que sería su último papel en TV, el del quiosquero de la serie Cuéntame cómo pasó. Su despedida de la pantalla tendría lugar el año pasado, en Torrente 4: Lethal Crisis.

Tony Leblanc deja esposa, Isabel (con la que se casó en 1952) y siete hijos. Descanse en paz.

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