Un informe médico concluye que el celador de Olot no se arrepiente y minimiza sus crímenes

Un nuevo informe médico forense solicitado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Olot concluye que el celador de la residencia geriátrica La Caritat sospechoso de matar a una decena de ancianos no se arrepiente de estos hechos y minimiza sus crímenes.

Un nuevo informe médico forense solicitado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Olot concluye que el celador de la residencia geriátrica La Caritat sospechoso de matar a una decena de ancianos no se arrepiente de estos hechos y minimiza sus crímenes.

El documento, al que ha tenido acceso Europa Press y que está pendiente de que sus autores lo ratifiquen en el juzgado el 22 de julio, recoge que Joan Vila padece un proceso de "distorsión cognitiva hacia los hechos, con mecanismos de negación y minimización".

El análisis realizado por un psicólogo y una psiquiatra ha constatado que el celador, que sigue en prisión provisional por los asesinatos, tiene unos valores éticos distorsionados, con "buena distinción entre el bien y el mal" pero sin una capacidad atribucional correcta de estos valores hacia sus acciones, por lo que no tiene sentido de culpabilidad ni arrepentimiento.

"No entiende la gravedad de su conducta pero si reconoce la ejecución de los presuntos hechos", argumentan en el estudio, que se basa en siete entrevistas realizadas con Vila entre el 29 de diciembre de 2010 y el 3 de febrero de 2011.

Según el documento, Vila es una persona desconfiada con los extraños y escrupuloso en el orden, con conductas rituales de comprobación, evitación y listas de acciones, con pensamientos obsesivos y conductas compulsivas.

No obstante, los peritos no observan paranoidismo, esquizoidia ni narcisismo patológico, y pese a su sensación crónica de vacío y la impulsividad, no muestra inestabilidad en las relaciones interpersonales, aunque sí dependencia y necesidad de aceptación, además de una baja autoestima y cierta sensación de incompetencia.

El "vacío vital, así como la falta de un proyecto de futuro y de habilidades sociales, personales e interpersonales" han motivado en él episodios depresivos con ansiedad y obsesiva compulsividad, que ya en la etapa adulta motivó un seguimiento farmacológico y psiquiátrico hasta la actualidad, que Vila ha combinado con el consumo de alcohol, aunque sin ningún trastorno de dependencia.

Los expertos aseguran que no le pueden asimilar a un perfil de homicida concreto, como el de 'Ángel de la Muerte', debido a la negación o menosprecio no voluntario de los hechos, su gravedad y su trascendencia.

En este sentido, añaden que los determinantes conscientes de la conducta que Vila explica se relacionan con la compasión y evitar el sufrimiento de las víctimas, mientras que inconscientemente no se observan motivaciones relacionadas con el poder, el control l la vitalidad, específicas de los asesinos en serie.

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