Salónica, una opción atractiva fuera de los circuitos habituales

La crisis económica que padece Grecia no se aprecia en la afluencia de turistas. Muy al contrario, el país mediterráneo, al igual que España e Italia, se está beneficiando de las revoluciones en el mundo árabe.

Atenas y las islas siguen siendo los destinos más populares, pero hay otras ciudades de indudable atractivo, como la localidad costera de Salónica. La capital de la región de Macedonia vive uno de sus momentos más interesantes gracias a su efervescente escena cultural y a las iniciativas turísticas desarrolladas en los últimos años.

Dynamo Project Space es una plataforma sin ánimo de lucro que aglutina a diseñadores arquitectos y artistas locales, mientras que Sfina es un colectivo autodenominado “red urbana bromista” que impulsa eventos ‘flashmob’ en los rincones más inesperados de la segunda ciudad más importante de Grecia, con alrededor de 800.000 habitantes.

Salónica es el resultado de los pueblos que han pasado por este territorio a lo largo de su historia. Fundada entre los años 316-315 a.C. por Casandro, general de Alejandro Magno que se convirtió en rey de Macedonia tras la muerte del célebre hijo de Filipo II, ha sido dominada sucesivamente por romanos, bizantinos, árabes, cruzados y otomanos. También los sefardíes tuvieron gran importancia en la ciudad cuando llegaron tras ser expulsados de España por los Reyes Católicos, en 1492.

Esta herencia multicultural se traduce en una riqueza artística que fue reconocida por la Unesco en 1998, al designar Patrimonio de la Humanidad los monumentos paleocristianos y bizantinos de la ciudad.

El emblema de Salónica es la Torre Blanca, situada en el malecón peatonal que recorre la costa. Esta construcción bizantina del siglo XV, con 27 metros de altura y 23 metros de diámetro, se levantó con fines defensivos, pero hoy alberga una museo con numerosas piezas de valor de la época. Otros museos que merecen una visita son el de Cultura Bizantina, el Museo Arqueológico y el Museo de Arte Contemporáneo.

Como la mayoría de ciudades universitaria, Salónica goza de una animada vida nocturna. La calle de Ouzoú Melathron, repleta de tabernas que programan música en vivo, y el barrio típico de Kalamariá, situado frente al mar, son dos de las opciones más populares en este sentido.