El que fuera presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) durante la pasada legislatura del PP, Joan Verger, ha defendido en calidad de imputado ante el juez que instruye el caso Mar Blau que, en el seno del concurso para la adjudicación de amarres del Port de Maó, medió entre las licitadoras Trapsayates y el Club Marítimo de Maó (CMM) debido a las presiones políticas que se generaron para que ganara la entidad menorquina.

En su comparecencia, Verger ha aseverado que en torno a este proceso se creó un "clima político inmenso" y una situación "difícil de soportar", por lo que procedió a buscar una solución a este problema "dentro de la Ley", según ha precisado. Para ello, ha recordado que preguntó a Trapsa si, en caso de que resultara ganadora, estaría dispuesta a negociar con el CMM una renuncia del concurso. "Sólo quería solucionar el problema político y nada más, no quería ningún provecho personal ni de nadie", ha asegurado.

El encausado ha hecho hincapié en que las presiones procedían no sólo del club náutico sino también del entonces alcalde de Maó, la ex presidenta del Consell de Menorca, Joana Barceló, y del presidente del PP en la isla. Tras responder a preguntas del juez Antoni Rotger y del fiscal anticorrupción Juan Carrau, Verger se ha negado a contestar a las de las acusaciones particulares y de la acción popular. (

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