Después de meses y semanas de posibles destinos y un único objetivo, ya es oficial: Iker Casillas abandona el Real Madrid y se va al Oporto. Después de un sábado de informaciones contradictorias, el cancerbero y la entidad del Santiago Bernabéu oficializaron la marcha del guardameta internacional después de dos temporadas en las que su rendimiento y su rol ha sido muy cuestionados por la parroquia blanca, con un trasfondo mediático.

En el comunicado oficial, el club califica a Casillas como "el mejor guardameta de la historia del Real Madrid y de la historia del fútbol español". "Hay por tanto en este adiós millones de sensaciones y una memoria cargada de esperanzas, de ilusiones, de sacrificios, de esfuerzo y de triunfos únicos. Iker Casillas ha hecho que nuestro escudo sea aún más grande. Él ha sido nuestro capitán y aquí ha forjado su leyenda desde que llegó siendo un niño con tan solo nueve años de edad", añade el comunicado, que concluye diciendo "Gracias, Iker, por todo lo realizado. Gracias por ser un símbolo de lo mejor de nuestra historia. Te vas pero no olvidamos que tú perteneces para siempre al corazón del Real Madrid".

Un creciente número de detractores ante el que el de Móstoles se había mostrado siempre respetuoso... hasta que explotó el pasado mayo, en un compromiso liguero contra el Valencia.

Casillas, con un palmarés extensísimo y fundamental en la conquista de títulos tanto a nivel de clubes como con la selección, se marcha al Oporto portugués que dirige el vasco Julen Lopetegui.

Su figura dentro del Real Madrid comenzó a resquebrajarse con José Mourinho en el banquillo del club (situación que heredó Carlo Ancelotti y gestionó como pudo el primer año) y generó un clima adverso  que, con detractores dentro del propio vestuario actual o también pasado, paralelamente encontró muchos apoyos fuera, como Vicente del Bosque o Xavi Hernández.

Mourinho le acusó abiertamente de ser el autor de filtraciones a diferentes medios de comunicación y Casillas siempre le restó importancia a todo conflicto.

El acuerdo peligró este jueves y este domingo debido a los problemas entre jugador y club sobre la fiscalidad que hay entre España y Portugal y quién asumía la diferencia de dinero. Estas diferencias llegaron a provocar que Casillas se presentara a la charla de presentación de Rafa Benítez con la plantilla, llegando a coincidir con el presidente Florentio Pérez.

El domingo, el Oporto oficializó el acuerdo, que consta de dos temporadas de contrato con opción a una tercera.