Detalle de uno de los drones que volaron en el modo de free style. En esta competición los pilotos podían elegir cualquier canción y volar siguiendo el ritmo de la música.
PABLO ALONSOLos pilotos esperan, tras la verificación de sus drones, a que otros pilotos terminen su clasificación. Una vez pasado ese trámite, los pilotos ya pueden competir.
JESÚS DOMÍNGUEZHasta 110 pilotos compitieron los días 2 y 3 de julio. En la imagen se puede apreciar que dentro de la norma cada uno podía elegir dónde colocar sus elementos: cámara fpv, batería, tipo de palas (3 o 2 palas), posición del emisor de vídeo, etc.
JESÚS DOMÍNGUEZHasta el momento en que los pilotos dejaban sus drones en el punto de salida no podían conectar las baterías ni encender. Todo siempre por temas de seguridad.
JESÚS DOMÍNGUEZEstos drones de carreras pueden alcanzar los 185 km/h y aceleran de 0 a 100 km/h en poco más de un segundo.
PABLO ALONSOLa organizadora, FPV Racing Spain, intentó llevar el evento con la máxima seguridad posible. Por eso, cuando los pilotos llevaban su dron al punto de salida estaban obligados a dejar sus emisoras. Lo mismo ocurría con aquellos pilotos que habían terminado su clasificación y tenían que ir a recoger sus drones. En la imagen, las emisoras de la izquierda eran de los pilotos que iban a recoger sus drones y los de la derecha los que iban a empezar la clasificación.
JESÚS DOMÍNGUEZDurante las vueltas de clasificación de la carrera, pocos eran los drones que se mantenía en vuelo: choques, fallos técnicos, batería limitada... fueron algunos de los problemas que se encontraron los pilotos. En la imagen, un dron durante una de las carreras de clasificación.
JESÚS DOMÍNGUEZAdemás de las carreras, los pilotos también pudieron participar en la modalidad de free style. Para ello, la organización colocó la estructura que se aprecia en la imagen. Los pilotos tenían que hacer acrobacias con sus drones y pasar a través de ese amasijo de metal, si se atrevían. En muchas ocasiones, la estructura ganó la batalla. En la imagen, un piloto maneja con sus gafas FPV (First Person View o vista en primera persona) su cuadricóptero amarillo (junto a su hombro derecho).
PABLO ALONSOLos pilotos, además de preparar sus drones, antes de la competición de free style tenían que conseguir que los jueces viesen su señal de vídeo. En algunos casos los participantes no pudieron competir al no conseguir vencer a la técnica. En la imagen, un juez en el momento en el que confirma al piloto que está recibiendo el vídeo de su dron en sus gafas FPV.
JESÚS DOMÍNGUEZCada dron tenía que emitir su señal de vídeo para que lo viesen los jueces y su señal se recogía con los aparatos que se aprecian en la imagen. El público no tuvo la opción de ver las cámaras de los pilotos y varios asistentes pidieron haber optado por ver los drones desde el punto de vista del piloto en pantallas de televisión. Por seguridad, el circuito estaba protegido por una red y el público tenía que estar más alejado de ésta.
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