El título de la exposición lo dice casi todo: Ce fut un homme sans moralité – Fue un hombre sin moralidad. El que se sienta abrumado, puede abandonar la lectura. Poco amante de las buenas costumbres y los convencionalismos, el francés Pierre Molinier (1900-1976) fue un artista fetichista, precursor del arte corporal, de la fotografía erótica y sadomasoquista, del movimiento queer y, todavía a día de hoy, un completo desconocido para el gran público que, sin embargo, ha sido maestro para otros radicales más populares como Bruce Labruce, Robert Mapplethorpe o Cindy Sherman.
Pierre Molinier. Hanel © ADAGP Pierre Molinier Courtesy Kamel Mennour, Paris.
Si estos datos despiertan la curiosidad de los lectores, sepan que su obra puede contemplarse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el próximo 24 de septiembre, como parte de la selección que otro radical artista, Alberto García-Alix, ha realizado para la vigésima edición de PHotoEspaña este 2017 y que se completa con otras cinco propuestas: Paulo Nozolino, Antoine d’ Agata, Anders Petersen, Karlheinz Weinberger y Teresa Margolles.
Pierre Molinier. Autoportrait allongé avec godemiché, 1968 © ADAGP Pierre Molinier Courtesy kamel mennour, Paris.
Pero volvamos a nuestro protagonista. Pintor de profesión y proveniente de una familia modesta, la suya no fue, para nada, una vida convencional. “Todos mis actos y mis acciones han surgido del amor y el erotismo” escribió en su libro póstumo Le chaman et ses créatures (El chamán y sus criaturas). Su existencia giró básicamente alrededor del fetichismo, el travestismo y la androginia y esos temas absorbieron por completo su radical obra. “Si fuera impotente, me mataría”, diría en su juventud.
Pierre Molinier. La poupée © ADAGP Pierre Molinier Courtesy kamel mennour, Paris
La muestra del Bellas Artes es un buen resumen de todas estas fascinaciones. Reúne alrededor de 40 fotografías -procedentes de la galería Kamel Mennour y dos colecciones particulares- fechadas en torno a los años sesenta y que muestran la ambigüedad sexual del artista. El propio Molinier las protagoniza, siempre travestido y a veces acompañado, desplegando en todas ellas una visión onanista de la sexualidad a través del uso de objetos. Se dice que fue su fascinación por las mujeres y sus piernas lo que le incitó a convertirse en una de ellas en la década de los 50. En esa época comenzó a fotografiarse en poses lascivas y provocativas, vestido con tacones de aguja, corsé, medias de seda y máscaras.
Pierre Molinier. Le Double © ADAGP Pierre Molinier Courtesy kamel mennour, Paris
Admirador del movimiento surrealista y amigo personal de André Breton – quien lo bautizaría como 'maestro del vértigo' y expuso su obra en su galería parisina- el estilo de Molinier resultaba excesivo y demasiado provocador para muchos. Se dice que preparaba pigmentos de revelado en los que mezclaba su esperma, que tenía relaciones sexuales con las muñecas que retrataba, que cosía las prendas femeninas que utilizaba para travestirse e, incluso, se jactaba de haber inventado un aparato con el que se practicaba felaciones a si mismo.
Pierre Molinier. L'homme au sabre. Autoportrait, 1971© ADAGP Pierre Molinier Courtesy kamel mennour, Paris
Su muerte fue tan radical como su vida. Cuando a los 76 años los doctores le dijeron que sufría cáncer de próstata y que sus facultades sexuales estaban en peligro, decidió suicidarse de un disparo en la cabeza. Dejó preparada su lápida y un epitafio que rezaba: “Aquí yace Pierre Molinier. Fue un hombre sin moral. Le importaban una mierda la gloria y los honores. Es inútil rezar por él”.
Pierre Molinier. L'éperon d'Amour, 1965-1967 © ADAGP Pierre Molinier Courtesy kamel mennour, Paris