Las paredes de la Fundación tienen un sinfín de detalles que reivindican el movimiento LGTB: banderas gays, farolillos con los colores del arcoiris o cuadros de folclóricas son algunos de los elementos que decoran este particular rincón del madrileño barrio de Lavapiés.
El presidente de la Fundación 26 de Diciembre vivió en primera persona ocultar su homosexualidad durante décadas, casarse con una mujer, tener una hija y salir del armario para siempre. "Yo no salí, yo lo quemé", bromea.
JORGE PARÍSBrenda prepara la mesa para recibir a los comensales del jueves de cocido del programa 'No comas solo, no comas sola', un espacio ideado para las personas mayores, tanto del colectivo LGTB como vecinos en el barrio. "Muchos de nuestros mayores no hacen una comida normal, o los que viven solos o solas no preparan cocido, ni lentejas... Se 'malnutren'. Por eso nació este programa", explica Federico Armenteros. El precio, 4 euros para los asociados, y un euro más para los que no lo son.
JORGE PARÍSLa sala que acoge de lunes a jueves el programa 'No comas solo, no comas sola', tiene nombre propio, 'El comedor de la abuelX' con X, "porque no tiene género", matiza el presidente de la Fundación.
JORGE PARÍSYa con los platos en la mesa, los usuarios esperan a que lleguen todas las personas que comerán cocido en 'El Comedor de la AbuelX'.
JORGE PARÍSEn esta ocasión, unas veinte personas se han unido al jueves de cocido de la Fundación 26 de Diciembre. Además de los socios, también están presentes algunos mayores del barrio.
JORGE PARÍSVarios miembros de la Fundación dialogan entre café y pastas sobre el programa de voluntariado destinado a personas mayores LGTB.
JORGE PARÍSMaría Sánchez, de 53 años, se define como "heteroflexible". "A mí afectivamente no me atraen las mujeres, de momento. Solo para mis prácticas sexuales". Por su discapacidad, causada por la artritis reumatoide que padece desde hace años, esta entidad le ofrece ayuda a domicilio cuando lo solicita. Cuando quedó viudad decidió mudarse cerca de los que siente como familia. "Aquí no me siento rara. Aprendo inglés, informática...".
JORGE PARÍSA la organización llegan muchas mujeres mayores que aún no han salido del armario. Federico Armenteros cuenta como muchas de las lesbianas que cruzan la puerta de la Fundación se liberan por primera vez en su vida de la represión sexual. "En aquel tiempo a muchas se les casaban la fuerza y han asumido el papel de cuidadores toda su vida: cuidando al marido, a los hijos, a los nietos, a los padres. Cuidaban de todos, menos de ellas".
JORGE PARÍSEduardo (izquierda), Brenda y María son tres de los usuarios de la Fundación 26 de Diciembre, un lugar que sienten como su casa. "Me gustó el ambiente, la gente, el trato...”, señala Brenda, peruana de 60 años, quien acudió por primera vez a la organización para solucionar una duda legal. María, de 53 años, se mudó a Lavapiés cuando se quedó viuda para estar más cerca de la sede de la fundación, "me siento bien aquí", subraya. Eduardo, de 62 años está prejubilado, y ha encontrado aquí un lugar donde ocupar su tiempo libre y participa en las actividades de voluntariado.