Villarreal sigue su progresión ante un Valencia que se desinfla

Al Villarreal le bastó con mantenerse fiel a su estilo de juego y la buena actuación de su portero, el argentino Mariano Barbosa, para derrotar por la mínima al Valencia y mantener su imparable progresión en la clasificación, mientras que los de Mestalla siguen desinflándose y comienzan a descolgarse de la zona alta de la tabla.

Algo más que tres puntos se disputaban en El Madrigal y es que Villarreal y Valencia ponían en juego la hegemonía del fútbol valenciano en un encuentro que debía calibrar las ambiciones de los dos equipos en esta Liga.

El Villarreal no tardó mucho en despejar las dudas. Ni las numerosas e importantes bajas en su alineación, ni el cansancio acumulado por disputar su tercer partido en una semana hicieron mella en el estilo de juego de los castellonenses. Los de Pellegrini imponían su personalidad en el campo ante un Valencia deslabazado.

Un colosal Senna se bastaba por si solo para imponerse a la pareja de medios centros valencianistas, mientras que el joven Cazorla derrochaba raza y calidad por la banda derecha local. El mejor juego de los castellonenses quedó plasmado en el marcador en el ecuador del primer tiempo.

Una ayuda de Ayala en un balón aéreo acabó en un mal despeje del argentino hacia atrás que aprovechó su compatriota Lucho Figueroa para batir con la zurda a Cañizares. Los nervios afloraron en el Valencia que no encontraba la forma de hacer daño al Villarreal.

Con un juego excesivamente directo ante la poca presencia de Aimar, que se anuló al incrustarse a la espalda de David Villa y hacer aún mayor la distancia entre la medular y el ataque, a la defensa local le bastaba con mantener su disciplina táctica para abortar cualquier atisbo de peligro. Ni siquiera la lesión de Jose Mari, que tuvo en sus botas el 2-0, descompuso al Villarreal, que tocaba con criterio y llegaba al descanso con justicia por delante en el marcador y eso que Riquelme apenas había participado en el juego.

El Valencia salió enrabietado en la segunda parte y tomó el mando del partido. Aunque la mejoría en su juego no fue sensible, le bastó para haber podido empatar aunque se topó con el cuestionado portero argentino Barbosa, que en dos buenas acciones evitó la igualada en remates de Villa y del portugués Miguel.

El paso de los minutos dejó en evidencia el desgaste físico de los villarrealenses y la incapacidad del Valencia y de su entrenador para apretarle las tuercas a los locales. Pese a tener en el banquillo a Kluivert, Mista y Fabio Aurelio, Quique Sánchez Flores seguía inmutable, sin mover pieza ni encontrar soluciones al paupérrimo poderío ofensivo que mostraba su equipo.

A diez minutos del final saltó Mista al terreno de juego y en el primer balón que tocó el ariete murciano tuvo el empate, pero Barbosa, espléndido toda la noche, salió de nuevo vencedor en su pulso con los delanteros valencianistas.

Un Villarreal desfondado se atrincheró en su parcela y defendió con carácter su ventaja ante un alocado Valencia que nunca encontró la forma de jugar con criterio y que impotente vio cómo llegaba el final del partido.

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