El 1-2 es un resultado horrible, no cabe la menor duda, pero viendo como fue el partido al Valencia no le queda más remedio que conformarse con un marcador que al menos le deja con vida. El Paris Saint Germain demostró ser muy superior en el choque de ida de los octavos de final de la Champions, pero un gol de Rami da esperanzas al conjunto de levantinista de intentar la heroica en el Parque de los Príncipes dentro de tres semanas.

La acumulación de estrellas del PSG fue demasiado para el conjunto de Valverde. El megaproyecto del jeque Hamad Al-Thani parece algo más que un conjunto de grandísimos jugadores y de la mano de Lucas Moura, Lavezzi, Pastore e Ibrahimovic tomó Mestalla con una demostración de practicidad y calidad a partes iguales.

El partido se jugó desde el primer momento con el ritmo que deseaba el conjunto parisino. Ancelotti, como buen italiano, planteó el partido esperando en su campo y confiando en que la enorme calidad de sus jugadores resolviese arriba. Le salio perfecto.

El Valencia tenía el balón, pero era un dominio infructuoso ante un PSG que se sentía muy cómodo. El primer aviso de los galos llegó con un latigazo de Lucas Moura (¡qué bueno es el brasileño!) que se estrelló en el palo. La advertencia se convirtió en golpe en la siguiente acción, cuando una jugada por la banda derecha de Lavezzi acababa con un derechazo al fondo de la red del argentino.

El mazazo no hizo reaccionar al Valencia, cuyo juego siguió siendo plano, sin profundidad y excesivamente previsible. Apenas unos centros desde la banda de Joao Pereira inquietaron a la defensa parisina, consistente y cómoda durante todo el partido.

Con el equipo levantino muy tocado, el PSG no quiso dejar pasar la oportunidad de sentenciar la eliminatoria aprovechando las numerosas perdidas de balón del Valencia en el medio del campo. Otra jugada por la banda derecha, esta vez de Lucas Moura, dejó el balón franco a Pastore, que fusiló a Guaita. El portero pareció poder hacer más en ambos goles, pero estuvo al nivel del equipo en la primera parte: dormido.

Con muy poco que perder, el Valencia optó por intentar la heroica. Váldez y Canales al campo y a buscar el gol con mucho más corazón que cabeza. Pero los ataques a la desesperada dejaron demasiados huecos atrás y solo un milagro impidió otro gol del conjunto galo. Perdonó Lavezzi en dos ocasiones clarísimas y luego Ibrahimovic, una pesadilla diurante toda la segunda mitad, acarició el gol en un mano a mano que esta vez sí salvó Guaita. Que la única ocasión clara en los 90 minutos reglamentarios fuera un disparo de Valdez tras un balón colgado al área deja claro la superioridad durante todo el partido del PSG.

Sin embargo, el partido se volvió loco en el tiempo de descuento. Una falta lateral, quizás la única manera que tenía el Valencia de crear verdadero peligro, la remató Rami al fondo de la red y, poco después, Ibrahimovic, siempre genio y figura, veía la roja directa por una dura entrada que le hará perderse el partido de vuelta. El milagro de la remontada queda algo más cerca.

1. Valencia: Guaita, Joao Pereira, Rami, Ricardo Costa, Guardado; Parejo, Tino Costa, Ever Banega (Canales, m.46); Feghouli (Viera, m.84), Jonas (Valdez, m.46) y Soldado.

2. París Saint Germain: Sirigu, Jallet, Álex, Sakho, Maxwell; Matuidi, Verratti; Pastore (Armand, m.89), Lucas Moura (Chantome, m.55); Lavezzi (Menez, m.78) e Ibrahimovic.

Goles: 0-1, m.10: Lavezzi. 0-2, m.43: Pastore. 1-2, m.90: Rami.

Árbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Amonestó por el Valencia a Joao Pereira, y por el PSG a Verratti. Expulsó a Ibrahimovic, con roja directa, en el m.90.

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Mestalla ante unos 44.000 aficionados.