Una Copa con sabor agridulce

  • La séptima Copa del Rey del Valencia llega en un mal año.
  • La situación que el club atraviesa en la Liga es preocupante.
  • Dos entrenadores, dos presidentes y mucha polémica en estos meses.
Baraja, Koeman y Marchena atienden a los medios el día antes de la final de la Copa del Rey 2008 (EFE).
Baraja, Koeman y Marchena atienden a los medios el día antes de la final de la Copa del Rey 2008 (EFE).
EFE
Baraja, Koeman y Marchena atienden a los medios el día antes de la final de la Copa del Rey 2008 (EFE).

El Valencia logró su séptima Copa del Rey con una sensación de euforia contenida ante la mala trayectoria del equipo en la Liga que ha condicionado una día a día llenos de sobresaltos durante la gestión del ex presidente Juan Soler.

El título llega las vitrinas de un equipo que en las trece jornadas disputadas en la segunda vuelta liguera, con Ronald Koeman asentado en el banquillo, sólo ha sumado tres victorias y tres empates. 12 puntos sobre 39 posibles. La Copa era una alegría menor, una tirita en una herida profunda. Como lo fueron la presentación periódica del estado de las obras del nuevo estadio.

"La Copa no nos haría olvidar una mala temporada", avisaba David Villa. Pero en el Torneo del KO llegaron rápidas alegrías y Koeman lo tuvo claro: el camino más rápido para levantar un título.

Quique, el inicio

Así, el club de Mestalla prescindió de Quique Flores como entrenador el 29 de octubre, con nueve jornadas ligueras disputadas, y confió en el holandés Ronald Koeman, con fama de mano dura, como su sustituto; cayó en la Champions League en fase de grupos, como colista del suyo, una competición en la que la campaña anterior alcanzó los cuartos de final; apartó en diciembre, por decisión de Koeman e influencia presidencial, a hombres con un peso propio en la historia reciente de la entidad, como Santiago Cañizares, Miguel Ángel Angulo o David Albelda; acabó en los juzgados con uno de ellos, Albelda, por una violación de sus derechos como trabajador; y, mientras tanto en la Liga, el equipo se desinflaba como local y dejaba de vivir de las cinco victorias consecutivas que se lograron en las seis primeras jornadas del torneo.

La planificación deportiva, en la que Miguel Ángel Ruiz debutaba como sustituto de Amedeo Carboni, tampoco funcionó. Mucho dinero invertido en fichajes para, finalmente, volver a recurrir al mercado invernal cinco temporadas después e incorporar a Banega y Maduro. Y dudar de Ruiz al frente de la dirección deportiva.

Soler, el último escalón

Juan Soler, máximo accionista de la entidad y ausente del palco de Mestalla durante más de 100 días por una enfermedad, acabó dimitiendo como presidente en un intento de aportar estabilidad. Avisó dos veces y desmintió un posible traslado de poder al segundo máximo accionista, pero acabó dejando un consejo que reformó a su antojo en varias ocasiones y del que entraron y salieron varios consejeros.

Agustín Morera recogió el testigo. La afición volvió a pitar a Koeman, su futuro se tambaleó incluso una semana antes de la final y el futuro, pese a tener contrato en vigor, parece situarle lejos de la entidad.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento