El Sevilla, ya clasificado para los octavos de final de la Champions, se empeñó en jugarse el liderato en la última jornada ante el Rangers en el Sánchez Pizjuán, aunque sólo le hace falta un punto para certificar su primera posición (1-0).

El equipo de Manolo Jiménez fue el que creó más peligro en el primer tiempo. Hasta dos balones al palo mandaron los sevillistas después del susto inicial con el gol anulado a los rumanos por mano.

El Sevilla se hizo entonces con el dominio del partido. Kanouté fue el primero que mandó su remate a la madera tras un servicio de Konko. Luego, Negredo , de cabeza, también se encontró con el travesaño.

Pocas aproximaciones más tuvo el equipo de Nervión, que controló la situación hasta que Dragutinovic despejó mal una falta y colocó el balón en el fondo de la portería defendida por Javi Varas.

No hubo reacción

El mazazo parece que afectó al Sevilla, ya que en el arranque de la segunda parte el Unirea tuvo un par de oportunidades para ampliar su ventaja en el marcador.

Jiménez se acordó que tenía "al mejor delantero del mundo", según afirmó el técnico rumano, en el banquillo. Luis Fabiano y Perotti fueron las soluciones del preparador sevillista.

El argentino pudo empatar con un lanzamiento escorado que sacó Arlauskis. En el descuento, Konko dispuso de la ocasión más clara de la segunda mitad con un remate a bocajarro que despejó milagrosamente el portero rumano.

Ficha técnica

1 - Unirea Urziceni: Arlauskis; Bordeanu, Maftei, Galamaz, Brandán; Varga (Semedo, m.88), Frunza (Tiberiu Balan, m.64), Mehmedovic, Ricardo Vilana (Paduretu, m.92+), Apostol; y Bilasco.

0 - Sevilla FC.: Javi Varas; Konko, Sergio Sánchez, Dragutinovic, Fernando Navarro; Jesús Navas, Zokora, Lolo (Renato, m.62), Diego Capel (Luis Fabiano, m.62); Kanouté y Negredo (Perotti, m.70).

Gol: 1-0. m.44, Dragutinovic, en propia puerta.

Árbitro: Tom Henning Ovrebo (Noruega). Mostró tarjeta amarilla a Ricardo Vilana (m.23), Apostol (m.49), Jesús Navas (m.52), Galamaz (m.75), Maftei (m.82),

Incidencias: Partido disputado en el estadio "Ghencea", de Bucarest, ante unos 15.000 espectadores. Terreno en deficientes condiciones y noche fría (unos cuatro grados).