Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, fue el primero en tomar la palabra y reconoce lo que significa para el Atlético Torres, comprende que se vaya al Liverpool y termina diciendo que "tenemos que estar contentos y con la esperanza de que vuelva".

Tras el presidente, Torres tomó la palabra y, tras recibir la camiseta del Atlético de este año, agradecío a la afición y se siente orgulloso de haber pertenecido al equipo rojiblanco. "Mi corazón será siempre rojiblanco"

Espera que la gente tenga ahora "un segundo equipo, después del Atlético de Madrid".

Torres reesponde a los periodistas e indica que queria vivir "nuevos retos".

Asimismo, dice que los resultados "no condicionan" su decisión de abandonar el Atlético, y que se va a un "grande de Europa".

"Me siento orgulloso de ser jugador del Liverpool. Allí me han tratado genial en el reconocimiento médico".

Espera que la gente colchonera "pueda pasar página rápido", como han hecho con otros jugadores.

En cuanto a quién le ha dado más, si el Atleti a él o él al Atlético, Torres dijo que "si bien los resultados deportivos no han sido los esperados, siempre ha recibido el cariño de la afición".

El ex jugador, siempre con gesto serio, fue claro: "Estoy aquí para decir que la decisión ha sido mía y espero volver algún día".

En su cabeza nunca ha pasado irse "a un equipo español", ya que no quiere enfrentarse al Atlético y si lo hace algún día significará que "el equipo rojiblanco está en Champions".

Los periodistas le dedicaron al final un sonoro aplauso.

Fuera del Calderón, mucha gente

La afición, en su mayoría gente joven, se congregó fuera del estadio pidiendo que Torres saliera a despedirse. Pero no fue así.

La gente, alrededor de un centenar, está gritando fuera del estadio "Cerezo cabrón, Torres al Calderón". "Cerezo no, Torres sí".

Además están cantando la canción que siempre ha sonado en el Calderón: "Fernando Torres, laralalalalá, Fernando Torres...", en apoyo unánime al jugador.

También dedican palabras a la familia Gil. "Estamos hasta los huevos de la familia Gil".

Quizá estos gritos hicieron que el jugador saliera finalmente por otra puerta y no se despidiera en presona de toda la afición que había acudido hasta el Calderón para despedir a su ídolo.

Gente desde primera hora de la mañana

Desde primera hora de la mañana más de un centenar de personas se agolpan a las puertas del Calderón a la espera de que Torres, que aún no ha llegado al estadio.

"Se nos va un símbolo. Es la primera vez que voy al Calderón triste. Salir muchas, pero entrar triste, la primera", dice Jorge Jiménez, de 16 años, en las inmediaciones del estadio rojiblanco.