Se acabó el Mundial de Fórmula 1. Sebastian Vettel escribió la última página de un desenlace esperado por todos y se convirtió en el tetracampeón del mundo más joven de la historia. El alemán solo necesitaba ser quinto en el GP de la India para levantar su cuarto título consecutivo, un objetivo nada complicado para su poderoso Red Bull, que en los últimos meses cuenta todas las carreras por victorias.

La de este domingo no fue ninguna excepción y el coche fantástico volvió a regalar a Sebastian un nuevo triunfo sin oposición, el sexto consecutivo, un resultado más que suficiente para cerrar el campeonato a falta de tres pruebas. «Es uno de los mejores días de mi vida. No sé qué decir, no tengo palabras», afirmó Vettel, visiblemente emocionado en el podio indio.

El alemán se acordó también de aquellos aficionados que le pitaron en algunos circuitos: «Ha sido una temporada muy complicada, no es fácil ver que te abuchean sin haber hecho nada malo. Me siento orgulloso de haber ganado este Mundial».

Tampoco quiso Sebastian olvidarse de repartir méritos entre los miembros de su equipo: «No soy egoísta, no quiero asumir todo el crédito del éxito. Hemos trabajado muy duro como equipo para hacer este coche más rápido. Si miramos los números y estadísticas, lo que hemos logrado en los últimos cuatro años es increíble».

Poco pudo disfrutar del GP de la India Fernando Alonso. El asturiano, octavo en parrilla, confiaba en su estrategia diferente del resto (salía con neumático duro en lugar del blando) para remontar posiciones en carrera, pero todo se fue al traste al tocarse con el australiano Mark Webber en la salida. Fernando tuvo que entrar en boxes para cambiar el alerón delantero y su teórica ventaja estratégica se esfumó. Además, su Ferrari quedó dañado y el bicampeón español solo pudo cruzar la meta en la undécima posición, fuera de los puntos.

Rosberg y Grosjean completaron el podio en la India y Webber no llegó a ver la bandera de cuadros al sufrir un nuevo problema mecánico en las últimas vueltas. Mercedes (313 puntos) le arrebató a Ferrari (309) el segundo puesto en el campeonato de constructores.