Un año sin Samaranch

  • Este jueves se cumple el primer aniversario de la muerte de Juan Antonio.
  • Samaranch júnior, su hijo, conversa con 20 minutos sobre su legado y la renovación del deporte español.
Samaranch sostiene la foto a la que más cariño tenía su padre.
Samaranch sostiene la foto a la que más cariño tenía su padre.
JORGE PARÍS
Samaranch sostiene la foto a la que más cariño tenía su padre.

A Juan Antonio Samaranch hijo (1959) se le ilumina el rostro al ver una de las fotos a las que más cariño le tenía su padre, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) durante 21 años y cuyo primer aniversario de su muerte se cumple este jueves. Una pérdida que aún entristece a un deporte que sigue relamiéndose por los fracasos de sus últimos anhelos organizativos, olímpicos sobre todo.

"Es cierto que esa presidencia, esa posición para convencer, nunca para imponer, se ha perdido –admite Juan Antonio, uno de sus dos hijos, preguntado por ese vacío–, pero tenemos una emergente generación de jóvenes dirigentes que están escalando posiciones y que refuerzan el peso internacional español. En ese sentido, no tenemos mala salud".

El paradigma es Marisol Casado, presidenta de la Federación Internacional de Triatlón, miembro del COI al igual que Samaranch, quien ingresó en 2001 y que a su vez es vicepresidente de la de Pentatlon.

"Antes teníamos al ‘jefe’, pero ahora España tiene más presencia: dos miembros del COI, tres presidentes en federaciones olímpicas... Marisol es la punta de lanza. Leandro Negre (hockey), Patxi Perurena (piragüismo, propuesto para entrar en el COI), el peso de Ángel María Villar en la FIFA...".

Motivos de orgullo

¿Cuál cree que fue la gran aportación de su padre al ideario de Coubertin? "De lo que más orgulloso estaba, sin duda, era de la incorporación de los atletas al movimiento olímpico, así como el crecimiento de la presencia femenina. Allí, con los deportistas, era con los que se sentía más cómodo. Hasta quince miembros del COI son atletas en activo y ahí está también la comisión de atletas", indica.

Samaranch también destaca la proyección de la figura de su padre en la llamada edad de oro del deporte español: "Ayudó a crear ese convencimiento en las autoridades españolas sobre su importancia".

Un apellido, una pasión

Además de un apellido "sí, pesa mucho, pero me ha ayudado más en la vida", admite sin dudas– Samaranch ha heredado la pasión por la práctica deportiva.

"Desde pequeño he practicado todo tipo de deportes, aunque quizá el baloncesto se me escapaba de mis capacidades naturales», bromea. Experto en lides maratonianas, creciente triatleta, durante la entrevista con 20 minutos señala: "Correr, el deporte, es una forma de no aceptar que nos hacemos viejos".

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