A los ciclistas se les eriza el vello, el poco que les queda por la dictadura de la útil depilación, cuando leen o escuchan sobre etapas de transición. "¿Cómo que transición?", suelen decir de forma  más o menos unánime, reivindicando los nervios de la tensión, la exigencia de un alto ritmo, la amenaza de los afiladores y las caídas o, más simplemente, las incertidumbres de los obstáculos, curveos y otros imprevistos… En este Giro, de hecho, se han vivido un par de episodios de fotógrafos kamizazes generadores de caídas.

De transiciones, nanai. Háblese pues de jornadas más o menos tranquilas, más o menos favorables, de días donde un perfil muy concreto de ciclista, llámese sprinter, o con un contexto clasificatorio muy específico, considérese cazaetapas, busca su oportunidad. Y entre Tirano y la localidad suiza de Lugano, meta de la decimoséptima etapa del Giro y lugar de residencia habitual desde 2013 de Alberto Contador, se vivió algo de esto.

Una jornada corta, apenas 134 kilómetros, encajada entre días montañosos, donde los equipos con velocistas no quisieron renunciar a un sprint que, cual piquetes, sí querían evitar corredores mal clasificados o de equipos locales de tendencia modesta y siempre mucha necesidad… porque el Giro es su temporada, o casi la justifica. Algunos repechos, y un puerto de inicio, también ayudaban a alimentar sueños. De salida lo habían probado los italianos Marco Bandiera (Androni) y  Giacomo Berlato (Nippo), y el belga Iljo Keisse (Etixx), pero fueron cazados a menos de 30 del final.

Diez kilómetros después, en medio  de un alto ritmo y estéticos pueblos en el entorno del Lago di Como, se movió el australiano Adam Hansen (Lotto-Soudal), el hombre que lleva disputadas y acabadas las últimas once grandes vueltas de manera consecutiva (con victoria parcial en la Vuelta de 2014, además). Y tampoco.  En los últimos diez mil metros, y tras el trabajo precedente desplegado a ratos por el Giant-Alpecin, por el BMC o por el Lampre, el Tinkoff-Saxo de Contador marcaba el ritmo. Con su velocidad de crucero se atravesó la frontera y ya dentro de los cinco mil metros finales lo probaron el holandés Slagter (Cannondale-Garmin) y Phillippe Gilbert (BMC) sin demasiada fortuna.

Su intento animó más aún las postrimerías de una jornada con un final aderezado de giros y curvas e incluso algún descenso que animaron al italiano Luca Paolini. Un hombre al que nunca hay que dejar irse y que cuanto más viejo se hace más fuerza tiene. O despliega. El veterano ciclista del Katusha tanteó al pelotón, tirado ahora por el Trek y por el Lampre. Cazado Paoloni en el último kilómetro, con el pelotón desafiando un par de giros, en la llegada masiva acabó imponiendo su velocidad el italiano Sacha Modolo. Primer sprinter que repite en este Giro. Y otro éxito parcial, ya son cuatro, para el Lampre-Merida. Y otra jornada más, Alberto Contador como maglia rosa.

Clasificación de la decimoséptima etapa

.1. Sacha Modolo (ITA/Lampre-Merida)       3h:07:51

.2. Giacomo Nizzolo (ITA/Trek)                 m.t

.3. Luka Mezgec (SLO/Giant)                    m.t

.4. Heinrich Haussler (AUS/IAM)                m.t

.5. Davide Appollonio (ITA/Androni)            m.t

.6. Stig Broeckx (BEL/Lotto Soudal)            m.t

.7. Juan Jose Lobato (ESP/Movistar)            m.t

.8. Alexander Porsev (RUS/Katusha)             m.t

.9. Kévin Reza (FRA/Francaise)                 m.t

10. Nick VanLijke (HOL) LottoNL-Jumbo          m.t

Así va la general

.1. Alberto Contador (ESP/Tinkoff Saxo)     68h 12:50

.2. Mikel Landa (ESP/Astana)                  a 04:02

.3. Fabio Aru (ITA/Astana)                    a 04:52

.4. Andrey Amador (CRC/Movistar)              a 05:48

.5. Yury Trofimov (RUS/Katusha)               a 08:27

.6. Leopold Konig (CZE/Sky)                   a 09:31

.7. Damiano Caruso (ITA/BMC)                  a 09:52

.8. Steven Kruijswijk (HOL/LottoNL)           a 11:40

.9. Alexandre Geniez (FRA/Francaise)          a 12:48

10. Ryder Hesjedal (CAN/Cannondale Garmin)    a 12:49