El Tribunal de Cuentas del estado de Río de Janeiro (TCE-RJ) mostró este jueves su preocupación por los atrasos sufridos en la construcción de la nueva línea de metro que deberá unir el centro turístico de la ciudad con el barrio donde se encuentran tanto el Parque Olímpico como la Villa Olímpica.

Esta preocupación se debe al resultado de una auditoría realizada por el TCE-JR, que ha llevado al tribunal a alertar a la empresa de transporte sobre raíles del estado, RioTrilhos, de la importancia de realizar todas los tests necesarios antes de que la línea esté operativa.

En un principio, el proyecto debería haber sido concluido en octubre de 2014, de forma que se hubieran podido llevar a cabo las pruebas necesarias durante un período de un año antes de entrar en pleno funcionamiento, en octubre de 2015.

Sin embargo, los atrasos llevaron al Gobierno regional a modificar los términos originales del contrato, según informó hoy la Agencia Brasil, de manera que el período de pruebas se redujo a tan solo 60 días.

Las últimas estimaciones, apuntó el TCE-RJ, apuntan a que el período de pruebas no podrá concluir antes del 29 de julio, a pocos días para el inicio de los Juegos Olímpicos de Río, que comenzarán el 5 de agosto.

"Existen dudas en cuanto a la suficiencia del tiempo reservado a realizar todos los ajustes y tests necesarios para la realización de una operación segura y fiable", afirmó el presidente del TCE-RJ, Jonas Lopes de Carvalho Júnior.

La línea 4 del metro comunicará el barrio de Barra de Tijuca, que concentra la mayor parte de las instalaciones olímpicas con la zona sur de Río de Janeiro, la más turística y que cuenta con el mayor número de hoteles y alojamientos.

El proyecto, por lo tanto, se antoja vital para la celebración de Río 2016, puesto que está previsto que el grueso de los asistentes a las instalaciones olímpicas se traslade en transporte público.