Ricky Rubio vivirá este domingo su

primera final olímpica. Y sólo tiene 17 años. Está como un niño con zapatos nuevos. Casi imberbe, le asoman unos pelillos en patillas y barba, está radiante exultante. Acaban de

ganar a Lituania (91-86) y este domingo se jugarán el oro contra

EE UU, que venció a Argentina (101-81).

“

Tendremos nuestras opciones” declara Ricky. “Pocas, pero las tendremos. Lucharemos a tope”, aclara. El 'tocapelotas', como lo bautizó

Marc Gasol, se mueve como un veterano en la zona mixta. Y eso que en el DKV, su equipo, y en la selección cuidan mucho sus encuentros con la prensa. Hasta hace poco, ni entrevistas.

“Hemos aprendido –por la tunda que los chicos de la NBA les metieron el domingo pasado-. Hemos analizado los errores y trataremos de subsanarlos”, apuntó. “Es una final olímpica y veremos”.

Todo puede pasar en el deporte.

Nada teme el pequeño (1,94m) príncipe de El Masnou (Barcelona). Este domingo será el jugador de menos edad de todos. El

español más precoz en jugar una final de baloncesto de los Juegos Olímpicos. Se lo toma con total naturalidad. Como todo. Es una anécdota para él. “Sí, tengo 17 años. Y otros 25, 28 o 30. No pasa nada”. Eso sí estaba contentísmo.

Fue también

el más joven en debutar en la ACB. Lo hizo con 14 años, 11 meses y 24 días. El 10 de octubre de 2005. Contra el CB Granada. Jugó cinco minutos y 5 segundos. Metió 2 puntos y dio una asistencia. El 18 de julio debutó con la selección española absoluta. El tercer benjamín en hacerlo tras Sevillano y Corbalán.

Sobre el partido contra Lituania (91-86) comentó que hubo “un gran control e igualdad” hasta el tercer cuarto. “A falta de 10 minutos nos dijimos vamos a por todas. Vamos a por la final. Lo dimos todo. Y lo conseguimos”.