El fútbol, como la vida, lleva muchas décadas amoldándose a los nuevos tiempos, asumiendo e integrando en su funcionamiento las distintas tecnologías e innovaciones que surgen, y en este arranque de siglo XXI son muchas las propuestas para embellecer y perfeccionar el deporte rey, algunas razonables, otras pintorescas, aunque todas con opciones de cuajar.

Las últimas más relevantes, ambas incorporadas en los 90's, han sido la sanción a los porteros que cogen el balón tras ser cedido por un compañero y las expulsiones motivadas por las faltas bruscas hechas a un jugador por detrás. Pero esto puede quedar reducido a una anécdota en comparación con el  terremoto normativo que puede desatarse en los próximos años.

Jack Warner, vicepresidente de la FIFA y presidente de la CONCACAF, se ha descolgado con unas sorprendentes declaraciones en las que expone muchas ideas que bullen en su cabeza para imponer más equidad, justicia y rendimiento en los terrenos de juego.

Indignado ante las simulaciones de algunos futbolistas, sobre todo cuando pisan el área, Warner es tajante: "La gente paga por ver un partido de fútbol y no una actuación de actores. Es deshonesto; un jugador que simula debería permanecer expulsado durante 10 minutos fuera del juego".

Además, y a la vista de las crecientes diferencias entre los clubes más poderosos y el resto, el vehemente directivo de la FIFA aboga por un tope salarial para evitar que las entidades más modestas puedan desaparecer. También aprobaría reducir a diez el número de jugadores por equipo e imponer un máximo de tres en las barreras que se colocan para defender los lanzamientos de falta.

Otra idea que le seduce es la aplicación de sensores en los balones para evitar los goles fantasma. Y, quizá prendado de los encantos del baloncesto, propone detener el reloj cuando el balón no esté en el juego, en lugar de los tradicionales 90 minutos de tiempo real.

"No hay ninguna razón que diga que el fútbol debe permanecer sin cambios durante 500 años. Debemos desarrollarnos y evolucionar", sentencia.

Pequeña revolución

Teniendo en cuenta lo decisivo de su cargo, no sería extraño que alguna de estas iniciativas pudiera prosperar en lo sucesivo. Desde luego, no son las únicas que se han debatido últimamente, hay muchas planeando por las mentes de los máximos responsables de los organismos y federaciones, y todas auguran una pequeña revolución en el reglamento clásico que rige el fútbol.

*Una de las figuras que podría cambiar el mapa rutinario de un partido es la introducción del juez de gol. Aunque, para ser más exactos, habría que apuntar que es una recuperación, ya que este juez ya estuvo presente en algunos partidos disputados en España antes de la Guerra Civil.

El juez de gol, a grandes rasgos, en un árbitro auxiliar que se coloca al lado de la portería y se comunica con el colegiado principal a través de un micrófono. Su misión es apreciar con precisión todas las jugadas polémicas que pueden desarrollarse en el área, desde un posible penalti a un gol dudoso.

Estos ayudantes a la labor arbitral ya están implantados en la Europa League, antigua Copa de la UEFA, y si la medida resulta convincente se estudiaría la posibilidad de introducirlos en la Eurocopa de 2012.

*Otro cambio, que también afecta a los trencillas, ha llegado al fútbol de Mexico, Argentina y Brasil. Nos referimos al spray para marcar las barreras. La sustancia se evapora rápidamente, y sirve para fijar la distancia correcta.

*Este año, además, han circulado sugerencias para inyectar un poco de oxígeno a las plantillas y aumentar el caudal publicitario. Permitir cuatro sustituciones por equipo y ampliar el tiempo de descanso a veinte minutos, respectivamente.

Salvo sorpresa, el proceso  no será muy drástico, y probablemente alguna de estas propuestas quede relegada al olvido, pero si este proyecto de cambio sigue encandilando en las altas esferas de las federaciones y los organismos, el panorama futbolístico puede cambiar sustancialmente a lo largo de este recién nacido milenio.