Lejos, muy lejos de su mejor versión está el Real Madrid. Ante el Borussia Dortmund se vio a un equipo sin personalidad, con un medio del campo perdido y una defensa fallona y solo un arrebato final de furia salvó un punto para los merengues. Un empate que deja asequible la clasificación para los octavos de la Champions, pero que aleja el primer puesto del grupo y deja muchas dudas sobre el potencial del equipo.

El planteamiento de Mourinho fue valiente y mucho. Ante la baja de Sami Khedira, el portugués tenía dos opciones: la conservadora de Essien y la ofensiva de Modric. Salió el croata de inicio y lo hizo en un partido grande de verdad y con mucho en juego. Era el momento de demostrar que puede jugar junto a Alonso en el centro del campo y que ambos son compatibles ante un rival de entidad. El resultado final, calamitoso.

Pero si valiente fue Mou con su alineación, mucho más lo fueron los alemanes con su manera de salir al terreno de juego. Atrevidos, sin rifar ni un solo balón y jugando con criterio y personalidad, el Dortmund no solo plantó cara al Real Madrid, si no que le superó claramente con múltiples llegadas al área blanca.

Schmelzer y Lewandowski avisaron con dos ocasiones de lo que estaba por llegar, el gol de Reus. Arbeloa descuidó su espalda y el chut del alemán no pudo despejarlo Casillas. Merecido gol ante la superioridad de los germanos.

El partido estaba justo donde quería el Dortmund, pero la calidad del Real Madrid nunca puede ser despreciada. Una jugada aislada, un centro de Özil, un poderoso cabezazo de Pepe y partido igualado otra vez.

El gol no fue más que una ilusión, los alemanes seguían dominando el juego ante un Madrid desorientado, sin centro del campo y con una defensa totalmente desorientada. Arbeloa llegaba tarde continuamente, Ramos ni profundizaba ni cerraba bien en su paso temporal por el lateral derecho y Varane era continuamente superado por Lewandowski y por las llegadas de Gotze y Reus. El gol en el último minuto de la primera parte era una conjunción de todo lo anterior y Gotze ponía justicia en el marcador con el 1-2.

El experimento Alonso - Modric tocó a su fin en el vestuario y muy probablemente no se les vuelva a ver más en partidos de máxima exigencia. La entrada de Essien por el balcánico, junto a la de Callejón por el lesionado Higuaín dio mucha más estabilidad al equipo, pero el Dortmund jamás sufrió como debería un equipo que va perdiendo en el Bernabéu en Champions.

Sin ocasiones, sin llegadas y con un equipo totalmente deslabazado, el Madrid era un equipo absolutamente irreconocible. Los minutos pasaban y pasaban mientras el Dortmund administraba cómodamente su victoria. Llegaba el momento de la heroica, una vez más.

Kaká entró en el campo por Arbeloa en el minuto 77 y el Madrid se abalanzó sobre la meta de los alemanes con su furia habitual cuando no encuentra el fútbol. Continuas llegadas, varias ocasiones claras fallidas (especialmente de Di María y Callejón) fueron el preludio del gol salvador. Una falta muy escorada perfecta para un zurdo ejecutada con maestría por Özil y el exceso de vista de Weidenfeller convertía el lanzamiento en el empate al filo del descuento. No hubo tiempo para más. Empate para el Real Madrid... y gracias.

2 - Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Varane, Arbeloa (Kaká, m.77); Xabi Alonso, Modric (Essien, m.46); Di María, Ozil, Cristiano e Higuaín (Callejón, m.46).

2 - Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Kehl, Gundogan (Perisic, m.80); Reus (Bender, m.74), Gotze (Leitner, m.90), Grosskreutz y Lewandowski.

Goles: 0-1, m.28: Reus; 1-1, m.35: Pepe; 1-2, m.45: Arbeloa, en propia puerta.; 2-2, m.89: Özil.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Mostró tarjeta amarilla a Grosskreutz y Hummels, del Borussia Dortmund.

Incidencias: encuentro de la cuarta jornada del Grupo D de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 76.000 espectadores.