Así mantuvo en secreto Tarantino el final de 'Érase una vez en Hollywood'

Quentin Tarantino siempre ha sido muy celoso con sus guiones, y razones no le faltan. En primer lugar, el principal atractivo de sus films radica en la historia y los diálogos que lo vertebran; en segundo, el director tuvo una muy mala experiencia hace tiempo cuando su guión de Los odiosos ocho fue filtrado. Durante la producción de Érase una vez en Hollywood, por tanto, se anduvo con mucho ojo.

William Paul Clark ha sido su asistente de dirección en numerosas películas, y durante una entrevista con Filmmaker Magazine ha descrito cómo Tarantino se las apañó para guardar el final de Érase una vez en Hollywood, su último film, a salvo de filtraciones. El desenlace de la película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt era muy impactante, llevando la narración al terreno de la ucronía, por lo que nada podía salir mal.

Así, parece que Tarantino tomó la decisión de guardar el guión del tercer acto de la película en una caja fuerte del departamento de contabilidad. "Mantuvimos en secreto el tercer acto de la película en el departamento de contabilidad. Venías, cogías el guión, entrabas en una pequeña habitación y lo leías", ha contado.

"Cuando acababas, devolvías el guión y lo volvían a guardar en la caja fuerte. Tomabas notas. Si necesitabas repasar algo, tenías que volver". A su posterior llegada a Cannes, Tarantino seguía paranoico y pidió a los asistentes que no hicieran spoilers de la película en redes sociales, sin poder evitar que un resumen (falso) de Érase una vez en Hollywood apareciera en Wikipedia.

Pero las precauciones ya habían ido más allá de ahí. "Cuando nos movíamos de localización llevábamos la caja fuerte con nosotros, y te tenías que ir a la caravana del productor a leerlo. Lo más duro era el hecho de no tener el material en tus manos todo el tiempo. Una vez la gente superó eso, todo fue bien", concluyó Clark. En este caso, y recordando el sorpresón mayúsculo que nos llevamos viéndola, no se puede menos que aplaudir la preocupación de Tarantino.