La policía dispersa la primera protesta en el día inaugural del Mundial en Sao Paulo

Miembros de la Policía brasileña dispersan a un grupo de manifestantes durante la primera protesta contra el Mundial de fútbol Brasil 2014 registrada en Sao Paulo (Brasil).
Miembros de la Policía brasileña dispersan a un grupo de manifestantes durante la primera protesta contra el Mundial de fútbol Brasil 2014 registrada en Sao Paulo (Brasil).
EFE
Miembros de la Policía brasileña dispersan a un grupo de manifestantes durante la primera protesta contra el Mundial de fútbol Brasil 2014 registrada en Sao Paulo (Brasil).

El Mundial de Fútbol en Brasil comenzó este jueves en medio de varias protestas en al menos cuatro ciudades del país que, en Sao Paulo, sede del partido inaugural, dejaron unos siete heridos leves, entre ellos dos periodistas de la red CNN, y un fotógrafo lesionado en Belo Horizonte al que le cayó un objeto en la cabeza.

Los incidentes más graves se registraron en Sao Paulo, ciudad en la que las selecciones de Brasil y Croacia inauguraron el Mundial y donde un grupo de manifestantes enmascarados fue reprimido por la Policía con gases lacrimógenos y balas de goma.

Las protestas en contra del Mundial por los elevados costos que ha tenido para las arcas públicas, se extendieron incluso a las gradas del estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, donde se oyeron insultos contra la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, cuando ambos entraron al palco de autoridades minutos antes del inicio del partido.

Después de las manifestaciones, que fueron poco numerosas, la Policía Militar de Sao Paulo informó de que detuvo a 29 personas en el interior de una universidad por llevar máscaras, cuchillos y vinagre, que posteriormente fueron puestas en libertad.

Además, precisó que dos personas permanecían arrestadas por su participación en las protestas que tuvieron lugar antes del partido inaugural a unos 4 kilómetros de distancia del estadio Arena Corinthians.

En Río de Janeiro, con cerca de 2.000 personas, las protestas fueron pacíficas y duraron alrededor de dos horas, aunque al final un pequeño grupo se enfrentó con la Policía, que al igual que en Sao Paulo usó gases lacrimógenos para dispersar la marcha.

A diferencia de las masivas protestas del año pasado, que fueron espontáneas y congregaron a cientos de miles de personas en todo el país en demanda de mejores servicios públicos, las manifestaciones de hoy fueron convocadas por colectivos con reivindicaciones específicas y sólo tuvieron un seguimiento numeroso en Sao Paulo y Río de Janeiro.

Además de las dos mayores ciudades brasileñas, también hubo protestas menores en otras capitales regionales como Porto Alegre (Río Grande do Sul), Belo Horizonte (Minas Gerais) y Fortaleza (Ceará).

Todas las marchas estaban unidas por las quejas contra la FIFA, los elevados gastos de los estadios, algunos de ellos con dinero público, y las ventajas fiscales concedidas por el Gobierno brasileño a los organizadores del evento.

Por los trabajadores del metro

Además de protestar contra el Mundial, en Sao Paulo los manifestantes exigieron la readmisión de 42 empleados del metro que fueron despedidos por sumarse a una huelga.

En Río, entre los manifestantes, habían profesores que exigieron más inversiones en educación, además de grupos feministas y militantes de partidos políticos de izquierda.

Durante el recorrido de la manifestación principal, que mezcló tono festivo y reivindicativo, un grupo de enmascarados quemó una bandera de Brasil y se cantaron consignas contra la FIFA y contra el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. La activista Daniela Ouro Fino dijo a Efe que "el Mundial no da retorno financiero al país y sí a unas pocas empresas" mientras que la población brasileña "pagó la cuenta de los estadios y la exención de impuestos a la FIFA y sus patrocinadores".

"Estábamos muy orgullosos de recibir la Copa del Mundo, pero percibimos que la organización de los megaeventos, en todos los países sede, está llena de irregularidades y con poquísima transparencia, ya que está administrada por una organización como la FIFA que reúne mucho de lo peor que existe en el mundo", afirmó la activista. En Río de Janeiro se convocaron este jueves al menos otras dos protestas más en la playa de Copacabana, donde está organizado el FIFA Fan Fest, recinto con una pantalla gigante donde se retransmiten los partidos.

La represión de las protestas en Sao Paulo fue censurada por Amnistía Internacional (AI) que consideró que la Policía brasileña hizo un uso "desproporcionado de la fuerza".

Poco antes del inicio del partido inaugural, que citó a Brasil y Croacia en Sao Paulo a las 17.00 (22.00 hora española), hubo más protestas en las inmediaciones del FIFA Fan Fest de Río de Janeiro, recinto instalado en las arenas de la playa de Copacabana para la retransmisión de los partidos del Mundial.

Allí un grupo de cerca de 200 personas gritó consignas contra el Mundial, a lo que muchos aficionados, vestidos con camisetas de la selección brasileña, respondieron con abucheos, según constató Efe.

Otros gremios profesionales aprovecharon el escaparate de la Copa del Mundo para declararse en huelga y reclamar mejoras salariales, una situación que ha sido habitual en Brasil en los últimos meses.

Entre los que se declararon en huelga estaban los trabajadores de tierra del aeropuerto internacional de Río de Janeiro, aunque no se registraron atrasos ni problemas de operación significativos.

A primera hora de la mañana, cerca de 50 trabajadores montaron un bloqueo durante dos horas en la avenida Veinte de Enero, prácticamente la única vía de acceso al aeropuerto Galeao de Río de Janeiro, según informó la Policía.

Asimismo, una huelga de conductores de autobuses paralizó parcialmente la ciudad de Natal, capital de Río Grande do Norte y una de las sedes del Mundial.

Sólo cerca del 30% de la flota de autobuses estaba circulando este juevves, lo que ocasionó trastornos a la población que trataba de desplazarse del trabajo a casa antes del partido..

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