El Atlético  de Madrid tropezó en su visita a El Pireo, condenado sobre todo por dos errores defensivos que ningunearon su afán ofensivo, y rematado por el nihilismo justiciero de Pedro Proença en la labor arbitral. Muy muy casero el luso. Un 3-2 tan contundente como cruel con el empeño atlético en Grecia, porque la derrota resultaba excesiva. Pero el Olympiacos, un equipo muy trabajado por Míchel, hizo lo que tenía que hacer y se aferró a la genialidad de Roberto, su guardameta, exportero rojiblanco por cierto, cuando más sufrió. Una derrota que, de primeras, complica el porvenir de la entidad del Manzanares en la Champions.

El equipo de Diego Pablo Simeone no rehuyó su pedigrí en tierras helenas. Insistió en su presión avanzada, buscó cuando pudo a un incombustible Mandzukic (agredido por Kasami a los 3 minutos, tremendo codazo del rival que impactó en su nariz) y pronto vio más facilidades para hurgar al rival por la izquierda que por la derecha. Unas constantes de todo el choque.  Pero las bondades de su actitud, cosa extraña, no valieron de mucho en el Georgios Karaiskadis por la enjundia de sus fallos atrás.

En un saque de esquina botado en corto por los griegos, y sin ninguna oposición, se gestó un pase al lateral Masuaku, al que solo Koke intentó presionar cuando ya había armado un zurdazo  que batió a Oblak. No fue un disparo durísimo, ni colocado. Fue efectivo y sorprendente. Pero reaccionó bien el Atlético al traspié con varios cabezazos de Mandzukic (sobre todo con servicios de Ansaldi), con varios merodeos de Raúl García y con algún conato de preciosismo con Arda Turán al mando.  Se intuía el gol. Y llegó. Pero en el área visitante. Otra vez. Una serie de errores e imprecisiones dejaron en buena posición a Afellay, que batió de nuevo a Oblak.

El 2-0 planteó un escenario imprevisto para un Atlético comido por las dudas de ofensivas imprecisas y un rival rocoso confiado con su rápida salida al contragolpe. Pero volvió a aparecer la sociedad Ansaldi-Mandzukic y el croata, de cabeza, por fin, batió a Roberto. Un tanto que reverdecía las lecturas positivas por las buenas sensaciones, la insistencia y toda una parte por delante. Antes del descanso, con el mismo guión, se esbozó una pelea por un balón que no fue lanzado fuera con un griego, pícaro, sobre el césped.

Tras el paso por los vestuarios el Atlético, revitalizado, insistió en su búsqueda. Fueron minutos de acorralamiento a los griegos, con Koke, Raúl García y Arda Turán al mando de las operaciones. Los rojiblancos acariciaron el gol, sobre todo con la entrada de Griezmann al campo, pero Roberto  tuvo dos minutos mágicos y resolutivos (minuto 60 y minuto 61) para los helenos. En una salida rápida, tras unos minutos de mayor protagonismo local, y tras una falta sobre un defensor rojiblanco que Proença obvió, la defensa volvió a mostrarse muy blandita ante un revoloteo de Mitroglu, que firmó el tercero. Un bofetón  para los intereses madrileños, que solo se reactivaron con un tanto de Griezmann, que aprovechó un servicio de Koke al filo del descuento.

3 - Olympiacos: Roberto; Masuaku, Botía, Abidal, Elabdellaoui; Maniatis, Kasami (Giannoulis, min 83), Milivojevic; Chori Domínguez (Davis Fuster, min 56), Afellay (N'dinga, min 68), Mitroglou.

2 - Atletico de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Ansaldi; ArdaTurán, Mario (Saúl, min 75), Gabi (Griezmann, min 55),  Koke; Raúl García (Cerci, min 66) y Mandzukic.

Goles:  1-0 (min 12): Masuaku; 2-0 (min 30): Afellay; 2-1 (min 37): Mandzukic; 3-1 (min 72): Mitroglou; 3-2 (min 85): Griezmann.

Árbitro: Pedro Proença (Portugal). Mostró cartulinas amarillas a Gabi (min 1), Chori Domínguez (min 34), Koke (min 45+1), Maniatis (min 45+1), Saúl (min 88), Griezmann (min 89).

Incidencias: primera jornada del grupo A de la Champions League disputada en el estadio Georgios Karaiskakis. Lleno.