Garbiñe Muguruza elimina en Roland Garros a Serena Williams, número uno del mundo

  • La española de origen venezolano venció por 6-2 y 6-2 en 64 minutos. Con un tenis sólido desquició a Serena, que en ningún momento se encontró cómoda.
  • "Ha sido mi mejor partido hasta ahora. Al final, Serena me ha dicho que si juego así puedo ganar el torneo y le he dicho que lo voy a intentar", comenta.
  • La capitana española de Copa Federación, Conchita Martínez, todavía no sabe si la jugadora optará por defender los colores de España o los de Venezuela.

Este 2014 está siendo un año importante en su carrera. La española de origen venezolano Garbiñe Muguruza, actualmente número 35 del ranking de la WTA, acabó este miércoles con la número uno del mundo y defensora del título en Roland Garros, la estadounidense Serena Williams, que cedió por 6-2, 6-2 en 64 minutos. La mejor tenista del momento se marchó de París pocos minutos después de que lo hiciera su hermana Venus, derrotada por la eslovaca Anna Schmiedlova por 2-6, 6-3, 6-4, a quien Garbiñe ganó en el único duelo entre ambas, este año en el Abierto de Australia (6-3, 6-3).

Roland Garros ya se frotaba las manos con un duelo en tercera ronda entre las dos Williams, pero ninguna de ellas acudió a la deseada cita. Es la primera vez desde Wimbledon de 2011 que las dos hermanas caen el mismo día en un Grand Slam.Además, Serena sólo había perdido en dos ocasiones en un grande antes de la tercera ronda. La estadounidense fracasó en su intento de sumar en París su 18 título de Grand Slam e igualar así con sus compatriotas Martina Navratilova y Chris Evert. Y cedió a la maldición que pesa sobre la Copa Suzanne Lenglen, que nadie renueva desde que en 2007 lo hiciera la belga Justine Henin.

El torneo se queda descabezado en su parte femenina, porque la derrota de Serena se produce un día después de que cayera la china Na Li, segunda favorita y ganadora en 2011. La de Muguruza fue una campanada espectacular de la tenista de 20 años, que había avisado la víspera de que le perdería el respeto a la estadounidense pese al palmarés que arrastra. "Si cambio mi estilo para enfrentarme con Serena no tendré ninguna opción, debo de ser fiel a mi juego. Tengo que salir a la pista y decirle 'yo también te puedo ganar'", había dicho. En la memoria quedaba el único duelo entre ambas, en el Abierto de Australia del año pasado, cuando la estadounidense le propinó un 6-2, 6-0.

Desquiciando a su admirada Serena

Pero la de Australia fue otra historia. Con un tenis sólido, Muguruza desquició a Serena, que en ningún momento se encontró cómoda en la pista Suzanne Lenglen, la segunda en importancia del complejo. "Estoy muy feliz", gritó en la pista nada más acabar, encantada de haber vencido a la máxima favorita para la victoria final. "Sabía que había que jugar muy agresiva y concentrada, Serena es una campeona inmensa y había que estar al cien por ciento", indicó, emocionada, la jugadora, que reconoció que es "un gran día" para ella.

Desde niña Muguruza ha admirado a la tenista estadounidense. "Ha sido mi mejor partido hasta ahora. Al final, Serena me ha dicho que si juego así puedo ganar el torneo, y yo le he dicho que lo voy a intentar", señaló la jugadora, de madre venezolana y padre vasco de Eibar. La victoria, un auténtico campanazo en el Grand Slam de tierra batida, no fue tan fácil como refleja el doble 6-2 del marcador conseguido en poco más de una hora. Nunca antes en sus 288 encuentros en un grande la jugadora de Estados Unidos había caído ganando solo cuatro juegos. Y solo en tres ocasiones había perdido antes de alcanzar la tercera ronda.

Una admiración que raya con la idolatría y que le atenazó el año pasado en el Abierto de Australia cuando se enfrentó por vez primera contra ella, sin apenas bagaje. "Entré en la pista temblando y fue un desastre", señaló la hispanovenezolana, que perdió entonces por 6-2, 6-0. "Esta vez quería que fuera diferente, así que me dije que era una rival más y así afronté el encuentro. Sabía lo que tenía que hacer y lo bueno es que me salió todo", apuntó.

Mucha confianza

Muguruza siempre ha creído en si misma. "Estaba convencida de que algún día iba a ganar a Serena, por eso haberlo conseguido es en cierta forma es un sueño", apuntó. Aunque no el día más feliz de su vida, puntualizó sin decir qué jornada fue para ella más importante que en la de hoy en la que descabezó Roland Garros. A sus 20 años, Muguruza espera dar el salto de calidad que tiene su tenis, frenado por la falta de regularidad, algo que espera mejorar con los años, con los partidos y con la madurez.

"Comencé a jugar en pista dura, pero en España se entrena sobre todo en tierra batida. Sin embargo, yo me considero más como las rusas, juego más fuerte y plano, como en el este", apuntó. Ahora se medirá a la eslovaca Anna Schmiedlova, que completó la jornada aciaga de las Williams eliminando a Venus, y a la que Garbiñe ya venció en el pasado Abierto de Australia. "Va a ser difícil porque ella también juega muy bien y porque todo el mundo va a esperar de mi un partido extraordinario después de este triunfo", comentó.

Muguruza venció ante la mirada de su entrenador, Alejo Mancisidor, acompañado de la capitana española de Copa Federación, Conchita Martínez, que todavía no sabe si la jugadora de padre vasco optará por defender los colores de España o los de Venezuela, país en el que nació, decisión que tendrá que tomar en los próximos meses. "No me ha salido nada y ella ha sido muy inteligente, no he sabido como contrarrestarlo", aseguró la número uno del mundo, visiblemente decepcionada por la derrota. Su temporada en tierra batida no había sido muy buena, como prolegómeno de su llegada a París, pero nada hacía presagiar que se marchara tan pronto. "Jamás volveré a vestir de verde", dijo Serena, que prometió regresar a casa y "trabajar cinco veces más duro para no volver a perder".

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