María Vasco: "Tengo un currículum atleta magnífico, pero inexistente en lo laboral"

La atleta María Vasco, durante la rueda de prensa en la que anunció su retirada del atletismo profesional.
La atleta María Vasco, durante la rueda de prensa en la que anunció su retirada del atletismo profesional.
ALBERTO ESTÉVEZ / EFE
La atleta María Vasco, durante la rueda de prensa en la que anunció su retirada del atletismo profesional.

Acaba de anunciar su retirada del atletismo profesional la primera mujer, y de momento la única, que logró una medalla olímpica para el atletismo español. Si, dicen, el atletismo es el deporte rey de la cita olímpica, su bronce en los 20 kilómetros marcha de Sídney 2000 tiene un valor más especial aún para el deporte estatal en su conjunto. En una modalidad especial. De la marcha llegó la primera presea olímpica del atletismo español (la plata de Jordi Llopart en Moscú 1980) y también su primer oro olímpico (Daniel Plaza, en Barcelona 1992). María Vasco, que se afana entre bromas en ocultar su segundo nombre, catalana hija de andaluces de Cazalla de la Sierra, atiende la llamada de 20minutos.es mientras pasea a su querido braco de Weimar, un perro que se deja notar con sus idas y venidas durante la conversación. "Es que se nos acaba de enamorar", bromea.

Cinco Juegos, ocho Mundiales, cuatro Europeos,... ¿Por qué el momento del adiós es éste y no otro, bien antes o más adelante?

La verdad es que la cuestión de la retirada la llevaba meditando mucho tiempo, pero no me terminaba de poner una fecha concreta. Un "hasta aquí". Un día, en pleno entrenamiento, me paré de golpe. No quería continuar. No me motivaba lo que estaba haciendo. No me divertía como antes. ¿Por qué seguir? Anímicamente no era el mejor momento. Había perdido a mi madre en febrero... Pensé que había ganado todo lo que tenía que ganar y que había hecho todo lo que tenía que hacer, que el entrenamiento no me motivaba como antes y que no podía llegar a abrir una puerta sin cerrar otra definitivamente.

Casi tres décadas de atletismo son muchos años para romper con este deporte. Mantiene vínculos. ¿Es la hora de devolverle lo recibido, pero con más intensidad?

Sí, es cierto que tengo mi club, aunque es algo artesanal, sin una estructura por así decirlo sólida. Y también que estoy entrenando a una niña porque le encanta la marcha y disfruta con esto. Pero no son proyectos como tales. Tras 27 años sé de qué va la marcha. Y no voy a romper con el deporte. Pero no voy a marchar más. Busco un cambio. Tengo otras inquietudes. Me llama mucho el mundo de la belleza. Pero experiencia, cero. Es así. Tengo un currículum como atleta magnífico. Pero inexistente en lo laboral. Si quisiera seguir en alguna actividad  relacionada con el deporte este currículum valdría perfectamente, tendría su valor. Pero eso no es lo quiero. Mi inquietud es otra. Y quiero probar suerte. Ya hemos hecho alguna entrevista e ingresado en algún proceso de selección. Veremos cómo progresa todo.

Este momento nos lleva al tema recurrente de lo difícil que es el salto al mercado laboral para los atletas de alto nivel...

Llevo un tiempo asimilando qué iba a pasar cuando llegara este momento. Es cierto que está el PROAD del Consejo Superior de Deportes para ayudar en esa "vuelta a la realidad" a los deportistas de alto nivel, pero ingresar en el mundo laboral no es nada fácil. Y menos en estos tiempos. Y ni quiero ni tampoco pretendo que me den un puesto sin hacer nada o sin saber hacerlo. No. Eso no va conmigo. Entiendo que llega una etapa difícil. O al menos que es absolutamente diferente a lo que he estado haciendo en mi vida hasta ahora.

No obstante entre la vida deportiva y la laboral sí existen similitudes: trabajo por hacer, horarios, planificaciones, rutinas...

Pero el giro es de 360 grados. Yo me entrenaba sola y al aire libre; no me gustaba ejercitarme bajo techo. Después de 27 años entrenándome en el exterior me cuesta pensar en una jornada dentro de una oficina. No me quejo, claro. Porque al final durante todos esos años he estado haciendo lo que quería hacer. Y eso es maravilloso.

Los últimos Juegos han revitalizado el papel de unas mujeres que llevaron el peso de los éxitos olímpicos en Londres (Marina Alabau, las guerreras del balonmano, Maider Unda,...). Desde esa óptica su bronce en Sídney, la primera y única medalla olímpica del atletismo femenino, cobra una dimensión especial aparte de ese carácter pionero...

Bueno, sí que es algo que me han comentado alguna vez. Yo no valoro si he sido o no una pionera. Valoro la medalla en sí porque cuesta mucho conseguir una y más en unos Juegos. Que sea la única medalla olímpica femenina demuestra esa dificultad. Si en su día se valoró y si en su momento será valorada es algo que no depende de mí...

En cuestión de colocaciones hay deportistas para todos los gustos, ¿dónde tiene la medalla?

En el despacho, entre los grandes trofeos de mi carrera. Allí está bien colocadita. La gente cuando la ve me pregunta si se puede hacer una foto e incluso si la pueden coger (ríe) ¡Claro, que no se va a romper!

¿Sabe que otra pionera, la ciclista en pista estonia Erika Salumae, doble campeona olímpica, ha subastado sus preseas y muchos recuerdos de su carrera para conseguir dinero?

¡No lo había oído! ¡Espero no tener nunca que llegar a ese punto!

El atletismo no ha permanecido inmóvil durante todos estos años y algo habrá cambiado como deporte desde que se inició en la marcha hasta ahora...

No tiene nada que ver, diría, ni en la cuestión de los entrenamientos ni tampoco en lo referente a la competición. Son diferentes ahora. Entre los 13 y los veintipico años yo he pasado Navidades y Reyes fuera de mi casa porque entonces se hacían concentraciones en esas fechas, que coincidían con mi cumpleaños (nació un 26 de diciembre). También, creo, se entrenaba mucho más en grupos. También los hábitos eran distintos en los chavales antes de iniciarse, porque jugábamos más en la calle y éramos más inquietos; ahora son mucho más sedentarios.

¿Y la Federación?

Pues no le hubiera venido mal un cambio. Creo que se tenía que haber renovado. Y hace tiempo. El presidente José María Odriozola, por ejemplo, lleva mucho tiempo en el cargo. Los cambios aportan nuevas formas de ver las cosas y de trabajar. En ese sentido la Federación se quedó atrás. Y ahora estamos en un momento en el que la Federación no tiene dinero. Y lo que no podemos hacer es que los entrenadores hagan su trabajo por amor al arte. Porque también hay que vivir.

Durante mucho tiempo se la recordó más por su posado desnuda en Interviú que por su medalla olímpica pionera...

Soy una persona que se arrepiente de pocas cosas en su vida, porque creo que de todo se aprende. Pero de aquella experiencia no quedé contenta. En ese sentido fue duro. Me dolía que solo se me reconociera por esas fotos. Era la chica del desnudo. Incluso me cerró puertas con algunos patrocinadores, que vieron mal ese paso. Pero siempre seguí siendo la misma atleta y la misma persona que lucha por su deporte, que siempre lucha, un poco revolucionaria y, esto me lo dicen, con un corazón enorme. Espero que no se me recuerde por el posado. O no solo.

¿Y cómo ve la realidad a la que se aproxima ahora?

Pues la veo jodida. No invento nada al decir que vamos mal. Es lo que veo a mi alrededor día a día. El que tenía dinero incluso tiene más. Y el que no lo tenía, pues ahí anda como puede... Incluso hay gente que pasa hambre. No voy a negar que he pensado que menudo momento he escogido para dar el paso. Me da respeto por lo que me voy a encontrar, por el hecho de que vengo de un mundo diferente... Ojalá se acabe pronto toda esta situación. Los políticos son los que pueden cambiar todo eso y no lo hacen.

¿Algún viaje pendiente que se vaya a regalar, uno de esos placeres que haya tenido que sacrificar por las competiciones?

No, me quedo en casa. Mi pareja tiene que trabajar y con el trabajo ahora mismo no se puede jugar. Nos escaparemos, pero cerca. Y ya habrá ocasión de hacerlo. He tenido la suerte de contar con una gran persona a mi lado. Es duro gestionar esos altibajos en la persona que tienes al lado... Y sí, se merece una buena desconexión.

Por lo menos ahora sí que podrá darse el gustazo de cambiar de tipo de marcha...

Pues esa no me va mucho (risas). Ya tengo el reloj biológico cambiado y soy de irme bien pronto a la cama.

Un corredor lo tiene fácil para seguir. Hay muchas carreras populares. Los marchadores lo tienen más difícil para quitarse el gusanillo...

No, la marcha se acabó. O sí lo hago será una vez a la semana con esta chica que entreno, porque marcharemos juntas y tal. No. Voy a correr. Mi intención es preparar un maratón para 2014. Pero le tengo mucho respeto a esta prueba. Y también me gustaría probar en el Duatlón.

BIO. María Vasco nació en Barcelona el 26 de diciembre de 1976. Atleta menuda, apenas 45 kilos en un cuerpo de 1,56 metros de estatura, en su extenso palmarés destacan sus medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y en los Mundiales de Osaka 2007.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento