Sin posibilidad de disputar la llegada del lunes al quedarse cortado con respecto a la cabeza de carrera, el alemán Marcel Kittel (Argos-Shimano) se desquitó este martes en la segunda etapa de una París-Niza que vivió un cambio obligado de líder. El amarillo pasó a las espaldas del italiano Elia Viviani (Cannondale) después de que el galo Nacer Bouhanni (Française des Jeux) sufriera una caída a unos 60 kilómetros del final, se golpeara en el rostro y tuviese que abandonar con cortes en el labio y molestias en una de sus  muñecas.

La llegada a Cérilly, en un pequeño repecho que se afrontaba en dos ocasiones, aportó las mayores emociones de una etapa carente de tensión y combatividad, dos ausencias apenas mitigadas por los nuevos intentos de fuga o la espectacular belleza  que regala el bosque de Tronçais. Que los corredores  completasen en las dos primeras horas unos 60 kilómetros, una pobre media inferior que osciló los 30 km/h en las tres primeras horas, dejó claro que, tras negociar en la previa caídas y cortes, la etapa sería afrontada de una forma más placentera. Apenas quince minutos faltaron para alcanzar las seis horas de competición.

Y así se llegó Cérilly, donde Kittel está vez sí pudo dejarse ver. Un sprint largo, con mucha concurriencia, en el que Alessandro Petacchi (Lampre) quiso sorprender lanzándose desde lejos. Pero el italiano, con 39 castañas, ya no es el que era y acabó superado por la intensa pugna entre Kittel, Viviani, el australiano Leigh Howard (Orica GreenEdge) y el esloveno Borut Bozic (Astaná). El murciano José Joaquín Rojas (Movistar), noveno, volvió a ser el mejor español en la línea de meta.

Kittel es otro icono de esa alta velocidad alemana de los últimos tiempos que encarnan su compañero de equipo John Degenkolb o André Greipel (Omega Pharma). En 2013, al igual que concretó Bouhanni este lunes, ya suma dos éxitos parciales al ganar una etapa en el Tour de Omán y este martes en la París-Niza.

La ronda francesa afronta este miércoles una etapa de 170,5 kilómetros entre Châtel-Guyon y Brioude, una jornada de 170,5 kilómetros con un puerto de segunda categoría, la Côte de Mauvagnat, a 15 kilómetros para el final.