El primer partido del nuevo Maracaná, considerada la primera prueba antes de la Copa Confederaciones, se realiza esta madrugada en medio de un maremágnum de obras alrededor del legendario estadio de Río de Janeiro.

El partido, que cita a los "amigos" de los astros retirados Ronaldo y Bebeto, cuenta con la presencia de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien hace el saque de honor.

Horas antes del partido inaugural, el interior del estadio estaba aparentemente concluido, con la excepción de la tribuna de prensa, donde todavía no se han instalado ni sillas ni pupitres.

Pero el exterior del estadio estaba aún en plenas obras, con decenas de excavadoras y las calzadas sin terminar, mientras que el principal acceso al coliseo estaba tapado por vallas.

A pesar de que el partido de esté presidido por la jefa del Estado brasileña, las autoridades de Río de Janeiro no lo consideran como la inauguración oficial, sino apenas como un "evento de prueba" al que han sido invitadas cerca de 27.500 personas, en su mayoría los trabajadores que participaron en las obras y sus familiares.

Sin embargo, la nota oficial de la Presidencia anunció que ésta viajaba a Río de Janeiro para "inaugurar" el estadio, aunque en el texto también se habla, con cierta ambigüedad, de una "visita" al Maracaná.

La inauguración oficial, según la gobernación de Río, será el 2 de junio con un amistoso entre Brasil e Inglaterra, cuando el estadio ya estará bajo la administración de la FIFA.

Según el calendario de la FIFA, los seis estadios de la Copa Confederaciones deberían de haber sido terminados en diciembre pasado y tendrían que haber realizado al menos dos eventos de prueba hasta el pasado 15 de abril.

El estadio Nacional de Brasilia, el más atrasado de la Copa Confederaciones, será inaugurado el 18 de mayo, a menos de un mes del partido de apertura de esa competición, según la previsión de las autoridades de la capital.

Uno de los obreros que trabajan en el Maracaná, el tornero Felipe Carvalho, dijo que está previsto que continúe trabajando en el Maracaná "hasta junio".

Los trabajadores y sus familiares, que ocuparán cerca del 30 por ciento de los graderíos, comenzaron a llegar al estadio cerca de dos horas antes del partido.

Otra de las trabajadoras, Camila Amorim, empleada en el área de planificación, afirmó que, tras la reforma, el estadio "ha mantenido el espíritu del antiguo Maracaná, pero está mucho más bonito".

Los periodistas no fueron autorizados a circular por el estadio fuera de la sala de prensa y de la tribuna que fueron habilitadas para este partido.