El polaco Paterski, primer líder de una Volta a Catalunya que queda condicionada por una fuga

  • El corredor del CCC, el francés Pierre Rolland (Europcar) y el belga Bart De Clercq (Lotto-Soudal) se fugan y llegan a la meta con dos minutos y 40 segundos.
  • La pasividad del pelotón, donde ningún equipo quiso tomar responsabilidades, les dejó que se fueran a 13 minutos que no tuvieron opciones de neutralizar.
  • Desde el pelotón, sin embargo, se defiende que también se ofrecieron referencias erróneas: se informó de 6 minutos cuando la brecha ascendía a los 13.
  • La primera etapa se disputó con salida y llegada en Calella sobre 185 kilómetros.
El ciclista polaco Maciej Paterski (CCC) bate al francés Pierre Rolland en la primera etapa de la Volta a Catalunya 2015.
El ciclista polaco Maciej Paterski (CCC) bate al francés Pierre Rolland en la primera etapa de la Volta a Catalunya 2015.
TONI ALBIR / EFE
El ciclista polaco Maciej Paterski (CCC) bate al francés Pierre Rolland en la primera etapa de la Volta a Catalunya 2015.

El ciclista polaco Maciej Paterski (CCC) se convirtió en el primer líder de la Volta a Catalunya 2015 después de una extraña primera jornada, con inicio y final en Calella, donde la pasividad del pelotón y la tolerancia de los hombres importantes permitieron una escapada de tres ciclistas que se jugaron la victoria y tienen muchas opciones de disputarse también la general final. La decana española, la cuarta carrera por etapas más veterana del mundo, nace torcida en su edición de 2015, en la misma en la que cuenta con una gran participación.

Paterski, el francés Pierre Rolland (Europcar) y el belga Bart De Clercq (Lotto-Soudal) iniciaron su aventura en torno al kilómetro 50, con tres puertos por delante (y uno muy serio, en el Montseny, un clásico del cicloturismo barcelonés como Coll Formich) y poco a poco fueron adquiriendo una ventaja que llegó a crecer  hasta los 13 minutos. A 40 kilómetros del final todavía disfrutaban de diez minutos. A 33, de nueve y medio. A 20, algo menos de siete. Y a 9 del final, casi cinco y medio. Un colchón tranquilizador.

Tras más de 130 de fuga, los tres gestionaron los últimos kilómetros sin miedo al viento o a los falsos llanos, sabedores de que en sus piernas estaba la victoria. Podían marcarse, hacerse los remolones y guardar fuerzas. O incluso animarse con emboscadítas. Arrancó primero el belga Bart De Clercq, pero se precipitó y no pudo preparar un contraataque cuando Rolland, que es mucho más escalador, y Paterski ya aceleraban con la línea de meta a la vista. Ganó el polaco, que un día antes había competido en los casi 300 kilómetros de la Milán-Sanremo. El pelotón principal acabaría llegando a 2 minutos y 40 segundos, una brecha que aumenta ligeramente por las bonificaciones en meta.

“No soy un escalador puro, pero voy a intentar defender el jersey de líder el máximo tiempo posible”; manifestó después Paterski, sabedor de que solo una etapa, la que concluye este jueves en la estación invernal de La Molina tras pasar el largo Coll de la Creueta, puede dinamitar la general. Un peso dialéctico menos, en todo caso, para Alberto Contador, quien había manifestado en la previa que el recorrido no le iba del todo bien. Y para Chris Froome, y para Fabio Aru, y para Romain Bardet, y para Alejandro Valverde, y para Rigoberto Urán,...

Este martes, en la segunda etapa, 191,8 kilómetros entre Mataró y Olot donde, visto el desenlace del primer día, es muy factible que las charlas y las reprimendas de los directores de equipo en los hoteles durante la tarde y la noche pongan muy difícil la fuga y condicionen un sprint masivo. La Volta arranca rara por la dejadez de los ciclistas o por un error en la transmisión de las diferencias, según denunciaron algunos protagonistas. Chris Froome calificó de "confuso" el día e ironizó con que hubieran sido útiles "referencias "exactas". "La organización nos ofreció un tiempo de seis minutos cuando eran trece", según explicó el director de Trek Allan Gallopin y recoge Dorsal 51. La baja de última hora de Purito Rodríguez, su actual campeón, acabó siendo toda una premonición.

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