Querido y odiado casi a partes iguales, Luis Enrique sigue con su trayectoria triunfal al frente del FC Barcelona al tiempo que se repiten sus enfrentamientos con la prensa, con la que siempre ha mantenido una relación distante. Pero, de momento, los títulos le avalan y ya lleva dos de dos en Ligas.

Nacido en Gijón el 8 de mayo de 1970, el asturiano llegó al banquillo del Barça en mayo de 2014 para dos campañas después de haber entrenado al Celta de Vigo, para ocupar el cargo que había dejado vacante el Tata Martino.

A su llegada al Barça anunció un año de cambios.

En su primera temporada en el banquillo blaugrana consiguió los títulos a los que optaba: la Copa, la Liga, la Liga de Campeones frente a la Juventus de Turín (1-3) y la Supercopa de Europa ante el Sevilla (5-4).

Con este haber deportivo, el asturiano amplió su contrato hasta junio de 2017.

En este segundo año, al Mundial de Clubes y a esta Liga recién obtenida, se le suma la posibilidad de añadir la Copa, en la que jugará la final contra el Sevilla el próximo 22 de mayo.

Si hay algo que define a Luis Enrique es la distancia que pone con la prensa en el día a día. Incluos se puede decir que falta sintonía.

El técnico del Barça dice lo que piensa en todo momento, guste o no, lo que le lleva a protagonizar enfrentamientos con periodistas durante sus comparecencias ante la prensa. Ha llegado a menospreciar incluso a periodistas con los que o comulga.

El último fue con un periodista apellidado Malo, haciendo un juego de palabras con ese apellido y no contestando a una cuestión planteada por el redactor.

Luis Enrique sigue, pues, la senda Louis Van Gaal, que también fue protagonista de altercados con los medios de comunicación durante su etapa en el Barcelona.

En cuanto al lado más íntimo del asturiano, hay que destacar que es aficionado a las pruebas de maratón, bicicleta de montaña y desérticas.

El 27 de diciembre de 1997 contrajo matrimonio con la catalana Elena Cullell, en Barcelona, y tienen dos hijos: Pacho y Sira.