El peor premio para toda una ilusión

  • Litu Gómez, del Saunier Duval-Scott, destrozó su bici en una caída.
  • Se rompió el radio de su brazo derecho y el dedo gordo del pie derecho.
  • Es un apasionado de las clásicas, pero estará de baja cuatro semanas.

"El mecánico me ha dicho que sólo ha podido aprovechar los portabidones y el puente de los frenos. Todo lo demás está roto". Ángel Gómez, ciclista del Saunier Duval-Scott, resumía así el estado de su bicicleta tras el violento impacto que sufrió en el pasado Tour de Flandes, el mismo en el que Juan Antonio Flecha, tercero, logró la mejor clasificación de un español en esta prueba. Soñaba con destacar en una prueba que adora, pero se quedó a 60 kilómetros de la meta, cuando rodaba con los mejores.

Una bici destrozada, 8.000 euros rotos, última tecnología del carbono más ligero que, sin embargo, no hace los golpes más blandos, más llevaderos. El ciclista, el mismo que riega con su sudor y sacrificio las carreteras, es la única carrocería posible. Pero no siempre es efectiva.

Cada caída es un mundo y cada corredor tiene más o menos suerte. Puede perder la victoria en una carrera, puede perderse una temporada; algunas son por arriesgar y otras no tienen un motivo aparente. Pero siempre suponen un peligro adicional para la práctica del ciclismo. Un peligro en el que no hay que pensar. Gómez, conocido como Litu, se rompió el radio de su brazo derecho y tuvo que pasar por el quirófano en Bélgica para reducir la fractura.

Y todo por un bordillo, el de una isleta que no vio por ir más pendiente de su cambio, roto, y que le hizo salir volando. "Salí despedido de la bicicleta y el impacto fue brutal. Sentí un fuerte dolor en toda la parte derecha del cuerpo y pronto me di cuenta de la gravedad de las heridas", explica el cántabro, un apasionado de las clásicas.

Ahora, pese al golpe, viene el bajón moral; porque toda su afición a las grandes pruebas de un día ha encontrado como premio una baja de entre tres y cuatro semanas. "Me pierdo la París-Roubaix", se lamenta. Aunque ya piensa en volver: "En cuanto deje de dolerme el brazo y la rodilla, en la que tengo un profundo corte encima de la rótula, en el que me dieron puntos internos y externos, me pongo a hacer rodillo. También tengo roto el dedo gordo del pie derecho".

Pero el golpe tiene un punto de recompensa, de regalo ante la adversidad: "Me han dicho en el equipo que cuentan conmigo para el Tour". Siempre sale el sol después de una tormenta, incluso para un corredor no tan conocido y mediático.

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