Lebron James se encuentra disputando la final de la NBA. Quinto año consecutivo que lo logra, con la carga de partidos que ello conlleva: 82 de temporada regular más todos los que se jueguen en los playoffs, que ponen la cifra en torno al centenar por año. Su rol ha sido siempre el de jugador estrella desde que llegó, con 18 años, a la mejor liga de baloncesto del mundo. Hoy, con 30 años, sigue echándose a sus espaldas a toda la responsabilidad que conlleva ser considerado el mejor baloncestista del mundo.
Se ha sobrepuesto a las lesiones de las otras dos estrellas de Cleveland, Kevin Love y Kyrie Irving, para llevar a los Cavs de nuevo a una final, donde están plantando cara a los grandes favoritos, Golden State Warriors, con un equipo que, en condiciones normales, no aspiraría nunca a ganar el anillo. 'King' James ha conseguido elevar aún más su nivel de juego y ha hecho creer a sus compañeros que es posible. Noche tras noche, Lebron ha demostrado al mundo que nadie puede pararle y ha sumado números brillantes en casi todas las facetas del juego con una media superior a los 40 minutos disputados por noche.
¿Cómo aguanta tal carga de partidos y responsabilidad sin resentirse cuando el resto de estrellas sucumben a las lesiones? No todo es un físico privilegiado. Desde que se levanta hasta que se acuesta, la agenda de Lebron está llena de ejercicios y sesiones con un objetivo: evitar cualquier lesión y mantener el físico a tope para el siguiente partido.
Bicicleta estática antes de desayunar. Después, rehidratación, entrenamiento, baño de hielo, masaje, estiramientos, estimulación muscular, siesta, sesión especial de estiramientos, segundo masaje, sesión de críoterapia y cena.
LeBron James’ off-day routine looks simple. pic.twitter.com/UKjBsNNDVw
— SportsCenter (@SportsCenter) junio 11, 2015
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