José Mourinho: tres años, tres semifinales, ninguna Champions

José Mourinho, entrenador del Real Madrid, en la banda del Bernabéu ante el Dortmund.
José Mourinho, entrenador del Real Madrid, en la banda del Bernabéu ante el Dortmund.
EFE
José Mourinho, entrenador del Real Madrid, en la banda del Bernabéu ante el Dortmund.

Tres años de Mourinho, tres semifinales de la Champions. ¿Es un balance positivo el del entrenador portugués en el Real Madrid?

Cuando 'The Special One' llegó al banquillo blanco, el club llevaba seis temporadas consecutivas sin ni siquiera superar los octavos de final de la competición, encadenando ridículo tras ridículo y no haciendo honor al título honorífico de mejor club del siglo XX.

Florentino abordó el fichaje del técnico luso con un único objetivo: recuperar la grandeza del equipo y, con ello, conquistar la ansiada Décima Champions. Para ello, le dejó el mando total absoluto del club, poniendo a su disposición una plantilla millonaria con la que acabar con el dominio del Barça y reconquistar la supremacía europea.

La maldición de los octavos de final se acabó en el primer año de Mourinho. El Olympique de Lyon, bestia negra de los madridistas en las anteriores temporadas y último verdugo del equipo blanco no resisitió la fortaleza blanca y acabó goleado en el Bernabéu.

Después de superar con comodidad al Barça, esperaba el Barça en las semifinales. La primera gran prueba para Mourinho como entrenador blanco. Un planteamiento rácano y la expulsión de Pepe -justa para algunos, injusta y determinante para el luso- acabó con victoria del Barça en el Bernabéu (0-2) y anticipo de la eliminación tras el empate en el Camp Nou (1-1).

El segundo año el Real Madrid de Mourinho repitió el guión del primero. Una buena primera fase de clasificación, cruces de octavos y cuartos de final sin excesivas dificultades y el miura en las semifinales. Esta vez fue el Bayern el que se cruzó en el camino de la Décima del Real Madrid. Una eliminatoria igualada a más no poder desembocó en la lotería de los penaltis y la moneda cayó del lado alemán. La mala fortuna impedía a los blancos volver a una final justo diez años después de la última que disputaron.

La tercera temporada del luso, la actual, ha sido la más accidentada. Una fase de grupos irregular, una dramática eliminatoria ante el Manchester United, un cruce afortunado ante el Galatasaray y otra vez un equipo alemán se ha cruzado en el camino del Real Madrid. Se rozó la gloria de la remontada en la vuelta, pero la eliminación volvió a ser el resultado. El gran objetivo del madridismo y razón fundamental del fichaje de Mourinho, la conquista de la Décima, se desvanecía.

Tras el partido, Mourinho dejó caer que es posible que esta sea su última temporada en el club blanco. Solo él sabe cuales son realmente sus intenciones, pero su balance en la competición fetiche del madridismo es el que es. Ha devuelto al Madrid a la élite europea, no cabe duda, pero no ha rematado la faena. Tiene una cuenta pendiente con el Madrid y con la máxima competición continental.

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