Jordi Simón, un talento del ciclismo español sin equipo

  • Noveno en el Tour del Porvenir 2011, su regularidad está bien considerada.
  • El catalán firmó por dos temporada con el equipo Andalucía en 2011.
  • El Andalucía confirmó su desaparición en febrero tras meses de rumores.
El ciclista catalán Jordi Simón posa ante un edificio de estética oriental durante su participación en el Tour de China, en septiembre de 2012.
El ciclista catalán Jordi Simón posa ante un edificio de estética oriental durante su participación en el Tour de China, en septiembre de 2012.
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El ciclista catalán Jordi Simón posa ante un edificio de estética oriental durante su participación en el Tour de China, en septiembre de 2012.

Que el ciclismo español no vive sus mejores tiempos no es una afirmación nueva.  Con una federación con las arcas vacías, con un calendario menguante y con un pelotón cada año más reducido, a tan nefasto panorama económico se le añade la pérdida de prestigio, innegable, asociada a los escándalos del dopaje. Un círculo vicioso que se lleva por delante carreras y equipos, que destruye oportunidades e ilusiones y que, sobre todo, también mutila el futuro. De las doce victorias de corredores españoles en 2013, diez han sido cosechadas por treintañeros de facto (Purito, Valverde y Contador) o en ciernes (Dani Navarro, ganador de la Vuelta a Murcia, ingresa este año).

Hasta cuarenta ciclistas se han quedado sin equipo para competir en 2013. Los hay convencidos, los ha inducidos, los hay castigados. Algunos, los menos, veteranos. Y muchos, los más, jóvenes de balbucientes carreras. La desaparición del Andalucía, confirmada definitivamente el pasado mes de febrero y fruto de un extraño conflicto nacido de compromisos no cumplidos, ha apartado de las carreteras a un buen puñado de corredores jóvenes sin mucho más margen que volver a competir como aficionados a la espera de una nueva oportunidad o abandonar la bicicleta como herramienta de trabajo.

Jordi Simón es uno de esos corredores. El catalán, nacido en 1990, está llamado a ser uno de los nuevos referentes del ciclismo español. Corredor completo que se defiende en la escalada y tiene aptitudes para la contrarreloj, con una buena punta de velocidad, Simón cosechó buenos resultados como júnior y como aficionado y no desentonó con la selección española ni cuando compitió en España (se coló entre los 20 primeros en una etapa de la Vuelta a Murcia) ni en el extranjero (10.º en el Gran Premio Liberazione de 2011, con todo lo que supone correr en Italia).

Con un contrato firmado

Su novena posición en la general final de una carrera tan disputada como el Tour del Porvenir 2011, donde rozó una victoria de etapa en la tercera etapa y la victoria en la general por puntos (síntoma de regularidad), aumentó la consideración hacia su proyección. Un diamante. Otro diamante como Gari Bravo, actual ciclista de Euskaltel y el mejor escalador de aquel Tour. Del equipo aficionado del Caja Rural, Simón pasó en 2012 al Andalucía, con el que firmó por dos años.

"Y ahí estás. Confiado. Te acomodas un poco en el sentido de que para qué vas a buscar un equipo si ya tienes uno y estás contento en él. Tú tienes un contrato firmado y el mánager del equipo [Antonio Cabello], con toda su buena fe, nos asegura que el equipo va a salir. Pasan los días y el discurso es el mismo. Pero luego se comienza a complicar porque no consigues una licencia continental,  porque tienes que aspirar a la inferior,... y cuando por fin hay algo seguro ya es tarde".

Muy tarde. Una temporada ya iniciada. Y todos los equipos cerrados desde hace meses, reforzados en el siempre tan multinacional mercado ciclista. "Una cosa es moverte en agosto o en septiembre y otra en febrero. Es muy complicado. Y más porque no soy un caso único: somos muchos los que buscamos equipo. Yo, de hecho, no me cierro ninguna puerta. No es que no quiera salir de España, es que estoy abierto a cualquier ciclismo, a cualquier cultura. Yo quiero competir en profesionales".

Antes que parado, aficionado

En su 2012 con el Andalucía, su primer año íntegramente profesional, Simón firmó una undécima posición  en el Tour de China. También acabó entre los 30 primeros en una clásica belga como la Flecha Brabançona, tan dura el año pasado que acabarla en sí tenía su mérito y apenas medio centenar de ciclistas llegó a la meta entonces.

La crisis, que siempre sobrevuela, se nota en estos momentos más que nunca: "Yo no sé hasta qué punto influye, pero está claro que el ciclismo está mal. Menos equipos, menos carreras... y en definitiva menos espacio para todos. Y menos aún para los nuevos o para los jóvenes".

Simón no va a dejar la bicicleta. No de momento. Tiene 23 años, como el eslovaco Peter Sagan que tan protagonista es a estas alturas dentro del mundo del ciclismo con sus más de 40 victorias. Y mientras le llega alguna noticia del representante (Ángel Edo), se plantea la recalificación.  "Antes que un año parado mejor compito en aficionados. Así no pierdo la onda. Ya he ido a un par de carreras sociales para mantener el nivel de la competición y mantener la ilusión. Yo quiero ser ciclista".

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