Los disturbios entre el público en espectáculos deportivos son, por desgracia, relativamente habituales. Lo extraño es que ocurra en un deporte como los dardos.

Es lo que se produjo durante el pasado sábado en Melbourne, Australia. Se disputaba una partida entre Michael van Gerwen y Simon Whitlock, en un torneo celebrado en la citada ciudad australiana.

Lo que parecía como una celebración, con la mayoría del público sosteniendo sus asientos, de plástico, sobre sus cabezas, acabó en una batalla campal en la que las sillas y también mesas fueron lanzadas con vehemencia dentro del recinto donde se disputaba el encuentro.

La seguridad privada pronto se vio desbordada y tuvo que intervenir la Policía australiana, que expulsó a más de 40 personas del recinto y que explicó que se produjeron al menos tres heridos. La Policía está ahora revisando vídeos para encontrar a los responsables de unos altercados que, según testigos presenciales citados por la prensa australiana, podrían deberse a la gran cantidad de alcohol consumida durante el evento.