Hamilton ya está en Brasil, donde espera vivir el domingo uno de los días más felices de su vida deportiva: convertirse en el campeón más joven de la historia de la Fórmula 1.

Para ello no puede cometer los mismos errores que el año pasado le llevaron a perder el Mundial, cuando tenía todo a su favor para conseguirlo.

A través de un comunicado de su escudería, el británico es prudente. "Obviamente, mi objetivo en Brasil es ligeramente diferente al de otros grandes premios, no necesito ganar la carrera. Pero eso no me va a impedir afrontar el fin de semana intentando estar tan fuerte como siempre".

Además, el británico -a pesar de que muchos dicen que no sabe serlo- se muestra más conservador que nunca. "En Shanghai nuestro objetivo no era ir demasiado fuerte, pero nos encontramos delante y nos llevamos la carrera cómodamente. Eso espero conseguir en Brasil: un fin de semana sin obstáculos que me permita concentrarme en mi coche y en conducir".