Si un equipo ha representado como ninguno el fútbol de ataque y de toque, ese ha sido el Barça de Guardiola. Su estilo en sus cuatro años como entrenador culé ha sido inconfundible, con la posesión de balón como eje principal del juego y la presión inmediata en campo contrario en cuanto se perdía el esférico como la mejor defensa.

En los cuatro años en los que entrenó al equipo azulgrana, ganó el porcentaje de posesión del balón en todos los partidos. En todos. Dato impresionante y sin precedentes que deja claro el concepto de fútbol que tiene el de Sampedor.

Pero las ideas no pueden llevarse a cabo con éxito si no se tiene a los jugadores adecuados. Xavi (el gran cerebro), Busquets (su gran descubrimiento, sacado de la cantera), Piqué (recuperado por Pep para el Barça), Iniesta, Messi y, al final, Cesc, eran los jugadores perfectos para llevar a cabo esa idea. Auténticos 'cracks' en los que caló la filosofía de mantener la pelota, tener paciencia con ella y esperar al momento adecuado para arriesgar con un pase definitivo.

Su primer año, con esa idea como bandera, fue arrasador. Triplete (Liga, Copa y Champions) culminada con las dos Supercopas y el Mundial de clubes. Su receta parecía perfecta... hasta que algunos idearon un plan. El cerrojazo. La 'kriptonita' de Pep, los equipos que sin rubor alguno se le encerraron plantando el autobús atrás le evitaron la gloria absoluta. Primero fue el Inter de Mourinho (semifinales de la Champions de 2010), posteriormente lo fue el Chelsea de Di Matteo (también semis de Champions, en 2012). Le privaron del póquer continental.

Pero la idea de Guardiola revolucionó el fútbol, conquistando 14 de 18 títulos posibles en esos cuatro años. Y entre ellos, dos Ligas de Campeones en cuatro años. Impresionante.

Tras un año de descanso, Guardiola ha fichado por el Bayern y volverá al fútbol con ganas de demostrar que es el mejor y que puede llevar su idea a otro fútbol, otra cultura. El Bayern es un equipo que históricamente ha gustado de jugar al ataque, pero con un estilo radicalmente distinto, más directo, más vertical.

En el conjunto bávaro, Pep se va a encontrar grandísimos jugadores, pero muy distintos a los que disponía en el Barça. Ribery y Robben son dos puñales en las bandas, pero rara vez (por no decir nunca en el caso del holandés) miran al compañero que está detrás para reelaborar la jugada. Mario Gómez y Mandzukic, sus delanteros, son dos goleadores voraces pero con escasa participación en el juego, radicalmente opuestos a la posición de falso '9' que ocupa Messi.

En el centro del campo, Thomas Muller, Schweinsteiger, Toni Kroos (probablemente el que más le gustará a Pep), Javi Martínez y Luiz Gustavo aunan calidad y fortaleza física, pero están lejos del estilo de toque sin descanso de los medios del Barça, mientras que la salida de balón desde atrás de Piqué no la va a encontrar en Van Buyten, Boateng, Dante o Badstuber (sus centrales). Los laterales, Lahm y Alaba, sí que serán del gusto del técnico español.

Hombres, como podemos observar, radicalmente distintos a los de su etapa culé y una mentalidad distinta. Eso sí, conviene tener en cuenta que el Bayern es un equipo con capacidad económica para fichar a más de un buen jugador y pueden ser muchos los que quieran estar a las órdenes de Pep en esta nueva aventura.

El reto de Guardiola es ese. ¿Conseguirá llevar el famoso 'tiki-taka' a Alemania? ¿Decidirá adaptarse al estilo más vertical de sus jugadores? La solución, a partir de julio de 2013.