Visconti gana en el Galibier y Nibali afianza su liderato

  • La etapa fue un homenaje al fallecido ciclista Marco Pantani.
  • No hay cambios importantes en la clasificación general.
  • Hubo lluvia, niebla y nieve a lo largo de la etapa.
El ciclista italiano Giovanni Visconti, del Movistar, gana la etapa del Giro que acabó en el Galibier.
El ciclista italiano Giovanni Visconti, del Movistar, gana la etapa del Giro que acabó en el Galibier.
EFE
El ciclista italiano Giovanni Visconti, del Movistar, gana la etapa del Giro que acabó en el Galibier.

El ciclista italiano Giovanni Visconti (Movistar) se llevó el triunfo en la dura y exigente décimo quinta etapa del Giro de Italia, entre la localidad de Cesana Torinese y la estación francesa del Galibier, que sirvió para confirmar el buen estado de forma del italiano Vicenzo Nibali (Astana) que consolidó, un día más su camiseta de líder.

La jornada fue un homenaje al malogrado Marco Pantini. En el Galibier fue donde cimentó uno de sus mayores éxitos en 1998 al ganar el Tour y Giro, pues debido a las condiciones climatológicas la meta se recortó cuatro kilómetros y el final quedó próximo a la curva donde se encuentra el monolito en memoria de Pantani, fallecido el 14 de febrero del 2004.

Visconti, que se afianzó en el podio de la montaña, invirtió en los 144,8 kilómetros de viaje 4 horas, 40 minutos y 48 segundos. Tras él cruzaron la línea de meta el colombiano Carlo Alberto Betancur y los polacos Przemyslaw Niemiec y Rafal Majka a 42 segundos; mientras que el grupo del líder Nibali lo hizo a 54 segundos.

Sin cambios en la general

La general no sufrió cambios en sus primeros puestos y siguió con Nibali, conocido en el pelotón como el "tiburón de Messina", al frente seguido del australiano Cadel Evans a 1:26 y del colombiano Rigoberto Uran a 2:46 minutos.

En esta ocasión Nibali lo intentó en la parte final pero no pudo dar otra dentellada a la general y acercarse un poco más a su objetivo, que no es otro que terminar vestido de rosa el día 26, en el podio final de Brescia.

Nibali, que ya estuvo en el podio en el año 2011 como segundo y en el 2010 como tercero, dejó claro en la "temida" jornada del mítico Galibier, que se encuentra en un momento dorado de forma y, salvo percances, muy cerca de lograr la última camiseta rosa del Giro.

La jornada resultó menos decisiva de lo esperado al estar condicionada por el tiempo, la lluvia, la nieve y la niebla en los alpes italo-franceses que condicionaron el desarrollo de la etapa.

El pelotón se dio un pequeño respiro y se pudo cumplir el recorrido inicialmente diseñado por los organizadores, con los altos de Monte Cenis, Telegraphe y el final en el mítico Galibier, aunque cuatro kilómetros más abajo de su cima habitual de sus llegadas del Tour.

En esta ocasión las condiciones climatológicas sirvieron para que los aspirantes al podio final se dieran un pequeño descanso, pues todos estaban pendientes más del tiempo que de las numerosas trampas que encerraba la etapa en condiciones normales, con un sol asfixiante.

Los primeros kilómetros fueron una especie de marcha de cicloturistas. No hubo intentos de escapada hasta las primeras rampas del Monte Cenis (1a. categoría en el kilómetro 58). Acelerones que no fueron a ninguna parte, pero que sirvieron para que el pelotón despertará de su letargo.

Hacía el kilómetro cien, ya en Francia, con un paisaje un tanto bucólico, debido a la nieve en las cunetas y un tímido sol, el pelotón seguía agrupado

Fue en la segunda parte de la etapa en la que el holandés Pieter Weening (Orica) dio un latigazo rompiendo el sesteo del grupo y pasó a ser cabeza de carrera. Un tirón que obligó a Nibali y a los suyos a pasar a un primer plano para evitar sorpresas, ya que restaba el Telegraphe y el Galibier donde estaba ubicada la línea de meta.

El acelerón de Weeging fue una especie de aviso de lo que se avecinaba para la parte final de la etapa, pues al frente del grupo corredores del Movistar y del Sky comenzaban a tomar posiciones hasta que el italiano Visconti (Movistar) se quedaba sólo en cabeza en la lucha por los puntos de la montaña, objetivo principal que se ha marcado en este Giro.

Llega la subida

En la subida al Galibier, la situación no era complicada para Nibali, pero si le obligó a poner orden. Por delante estaba Visconti y tras él varios corredores que hacían de puente con el grupo de Henao, Egoi Martínez, Gesink, Kerslovski y Di Luca, entre otros, a dos minutos; mientras que el grupo del líder Nibali se retrasaba casi tres minutos.

El mítico Galibier, en esta ocasión con tan sólo 30 kilómetros de ascensión y su desnivel medio del seis por ciento, aunque en algunos tramos llegan al once por ciento, no cambiaron la situación, pues Visconti iba a por su etapa que había marcado con letras mayúsculas y a cimentar su liderato en el gran premio de la montaña.

En el tramo final, Visconti echó mano de la reserva y bajo una copiosa nieve dosificó perfectamente los segundos que le separaban respecto al colombiano Betancur y los polacos Niemiec y Majka que salieron como posesos del grupo principal donde estaban Nibali, Evans y Uran.

El flamante ganador del día cumplía su objetivo y era el primero en la meta del mítico Galibier dando un zarpazo hacía el podio de la montaña y al mismo tiempo dejaba claro que su grupo, el Movistar, no está de paseo en el Giro como lo demuestra su victoria, la anterior lograda por Alex Dowsett en la crono y la camiseta de líder que ha lucido durante un día Beñat Intxausti.

Mañana será jornada de descanso y la carrera se reanudará el martes; día 21, con la etapa que unirá Valloire e Ivres, de 237 kilómetros, la segunda más larga de la presente edición y considerada de media montaña.

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